En el marco del Día Mundial del Ambiente, la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), que representa a 55 millones de trabajadores/as, participó del Congreso Internacional de Educación Ambiental “Debates y desafíos de la educación ambiental como política pública. Educar por el planeta”, organizado por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA).

El Congreso, realizado durante los días 04 y 05 de junio, contó con la participación de personalidades nacionales e internacionales. El Secretario General de la CSA, Rafael Freire, participó del Panel “Los/as trabajadores/as y la crisis ambiental en América y el mundo”, al lado del Secretario General de la Central de Trabajadores/as de la provincia de Buenos Aires, la CTA Bs.As., Roberto Baradel, y de la Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, la CSI, Sharan Burrow.

En la apertura del panel, Rafael Freire habló de la importancia del Congreso: “No estamos en un Congreso sobre Ambiente y Transición Justa o sobre Educación y Formación Sindical. Estamos en un Congreso sobre ambas cosas conectadas. Para la CSA, esto tiene un valor enorme porque refuerza la idea de que los temas no son compartimientos estancos y que debemos hablar de ellos de manera interconectada entendiendo los puntos en común. Esto no es una abstracción. Hay una sola política de la CSA, todos los temas que trabajamos van de la mano. Por eso es tan importante un sindicalismo que refleje esas conexiones en su debate político y que genere síntesis desde esas conexiones”.

Para el secretario general de la CSA, el Congreso es un reflejo claro del sindicalismo sociopolítico que estamos construyendo como CSA en la región: “Los sindicatos de la educación tienen mucho para decir sobre la cuestión ambiental para sus trabajadores y trabajadoras y para la sociedad. No son sindicatos que solo se preocupan por el salario, por las condiciones laborales en las aulas educativas. Son sindicatos que van más allá y dicen abiertamente que quieren participar e incidir sobre las decisiones en materia ambiental, en materia de la “educación por el planeta” y en muchos otros temas de relevancia para la sociedad”, declaró Freire.

El Congreso también contó con la participación de dos asesoras de la CSA: Natalia Carrau, en la mesa 8: El cambio climático como máxima expresión de la crisis civilizatoria” y Lyda Forero, en la mesa 1: “Debates pedagógicos sobre una transición energética popular, justa y solidaria. Natalia Carrau habló sobre la criminalización de los/las defensores/as ambientales: “En nuestra región y con cada vez más frecuencia, la crisis ambiental se expresa de la mano de los ataques a la democracia y criminalización de la protesta. Conflictos territoriales por cuestiones ambientales. Defensores/as ambientales son los más criminalizados/as y asesinados/as en nuestro continente. Esto también se transfiere a la movilización sindical porque los trabajadores/as también están en la primera línea de resistencia. América Latina es la región donde la protesta y movilización pacífica y reclamo de derechos puede llevar a la muerte”.

Lyda Forero explicó que no existe un solo modelo o vía de transición: “Transición no es solo a una economía de bajo consumo de carbono sino a una economía social y ambientalmente sustentable donde el centro sigue estando en el trabajo y en la sustentabilidad de la vida. Transición de sistema energético no se trata solo de fuentes, también propiedad, uso y control de los bienes comunes. Implica la discusión sobre la propiedad. Propiedad de la energía fundamentalmente, pero no solo”.

Lo que la CSA plantea en el marco de la educación y del Día Mundial del Ambiente

Para la CSA, tanto la educación como la energía no constituyen una mercancía, sino un derecho humano fundamental que debe garantizarse a lo largo de toda la vida. La formación política sindical debe responder a las necesidades de trabajadores/as, no solo los que son del medio educativo, sino también a toda la clase trabajadora en su conjunto. Al mismo tiempo, la formación sindical debe fortalecer el accionar sindical, aportar a la movilización, incidencia y transformación del movimiento sindical, por eso decimos que es formación política y de clase. Esa dimensión de la formación sindical es parte de la construcción de un sindicalismo sociopolítico.

En la Hoja de Ruta de la Conferencia de Educación y Formación Sindical, la CSA plantea diversas prioridades como la revitalización del papel de la formación sindical, la construcción y fortalecimiento de una estrategia unitaria y que atienda la diversidad, la mejora de las metodologías y ampliar las temáticas de la formación. La formación es de sujetos políticos de cambio, el trabajador y la trabajadora en toda su diversidad, sindicalizado o no, formal o no, que realice trabajo reproductivo o no, y con preocupaciones sociales, políticas, ambientales, culturales y de género. Queremos una formación sindical que fortalezca y transforme a las organizaciones fraternas y afiliadas a la CSA para que la incidencia que tengamos, la movilización que realicemos y las acciones y propuestas que elaboremos sean potentes, unitarias, diversas.

El debate sobre la cuestión ambiental es una gran oportunidad para la formación y la acción sindical y para evidenciar ese sindicalismo sociopolítico que estamos construyendo. Si los sindicatos son actores del desarrollo, entonces tienen que poder decir que es el desarrollo, como se alcanza el desarrollo sustentable con justicia social que promovemos, poder demandar una transición justa con participación efectiva de los sindicatos, defender la democracia. Esta es la transformación de los sindicatos que estamos promoviendo: en unidad, en diversidad, en democracia.

Compartir: