La Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA), representativa de 55 millones de trabajadores/as de la región, con afiliación y presencia en 21 países del continente, expresa su más absoluto rechazo y condena a los insultos racistas sufridos por Vinícius Júnior durante un partido entre Valencia y Real Madrid, de la Liga Española de Fútbol (La Liga), el pasado domingo 21 de mayo. El jugador brasileño hace parte del equipo español Real Madrid y representa a millones de personas trabajadoras, afrodescendientes y migrantes que sufren ataques racistas y xenófobos a diario en diferentes países del mundo.

El presidente de la Liga, Javier Tebas, trató de minimizar el episodio diciendo que el racismo durante el campeonato español es extremadamente puntual y utilizó sus redes sociales para trasladar la responsabilidad del caso al deportista. Esta declaración oculta lo que en el fondo es un discurso político fascista y racista, muy en boga en varios países que pretende ser naturalizado. El señor Tebas, elector declarado del partido de extrema derecha VOX, es aliado a otras agrupaciones de ultraderecha en América Latina y el Caribe.

En los últimos días, el jugador ha recibido apoyo de diferentes partes del mundo. El presidente de la República de Brasil, Lula da Silva, se solidarizó con el jugador y pidió a la FIFA, a España, a la Liga Española y a las ligas de otros países que tomen las medidas necesarias: “No podemos permitir que el fascismo y el racismo se apoderen de los estadios de fútbol”, dijo Lula en defensa del jugador brasileño.

La CSA rechaza el comportamiento de parte de la prensa española y de otros países, dirigentes deportivos y políticos que apoyan los ataques racistas y xenófobos y considera que el racismo que sufren las personas afrodescendientes tiene raíces históricas profundas, es estructural y es propagado y perpetuado a través de la actuación de instituciones estatales y no estatales, y posee además facetas culturales, económicas y sociales. El racismo, la xenofobia, la misoginia y los discursos de odio están siendo utilizados en varios países como vehículos para favorecer proyectos políticos ultraconservadores y amenazar las democracias y las agendas progresistas en la región.

La CSA ratifica la condena a la violencia, xenofobia y discriminación racial y expresa su apoyo a Vinícius Júnior tras a los insultos racistas sufridos en su lugar de trabajo. Las personas trabajadoras afrodescendientes no deben ser sujetos de criminalización. La CSA sigue defendiendo un mundo de trabajo libre de discriminación racial y exige respeto a los derechos humanos de las personas trabajadoras afrodescendientes.

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