La apuesta por la justicia social incluye el compromiso de la clase trabajadora con las y los más vulnerables de nuestras sociedades. Reconocernos como clase trabajadora, la solidaridad y la empatía para defender a las excluidas y los excluidos y afectados y afectadas por la violencia y la discriminación en todas sus dimensiones. Las personas afrodescendientes se encuentran entre los grupos que más sufren de discriminación racial y están desproporcionadamente impactadas por la pobreza, el desempleo y la ausencia de inversión pública para programas sociales incluyendo salud, vivienda y educación.

La Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas (CSA) reconoce que el racismo que sufren las personas afrodescendientes tiene raíces históricas profundas, es estructural y es propagado y perpetuado a través del trabajo de instituciones estatales y no estatales, y posee además facetas culturales, económicas y sociales.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en las Américas hay 134 millones de afrodescendientes, lo que representa el 21% de la población del continente. Es fundamental reconocer que el racismo y las profundas desigualdades estructurales siguen caracterizando su situación. Las políticas de “mano dura” y “tolerancia cero” promovidas por gobiernos de derecha en la región exacerban la violencia y la criminalización de trabajadoras y trabajadores afrodescendientes y han demostrado su fracaso en el combate al crimen.

La CSA reivindica asimismo que se ponga fin a toda la violencia estatal y criminalización de las personas trabajadoras afrodescendientes producto de políticas reaccionarias de combate al crimen. La ideología supremacista blanca es una amenaza no solo para la vida y el sustento de las personas trabajadoras afrodescendientes, sino para la organización, la unidad de la clase trabajadora y la posibilidad de crear un espacio político democrático. Los sindicatos de las Américas están comprometidos a combatir esta ideología venenosa dentro de las organizaciones sindicales y en la sociedad.

La CSA está comprometida con la lucha contra el racismo en todas sus formas y reconoce el origen colonial y las diversas formas en que la violencia racial y la discriminación vulnera la capacidad de las trabajadoras y los trabajadores afrodescendientes del goce de todos sus derechos. La discriminación racial solo ha servido para vulnerar los derechos e impiden la inserción laboral de nuestras poblaciones

21 de Marzo texto CSA.docx

 

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