En la ocasión, el expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, celebró el retorno de Lula a la presidencia de Brasil

(Brasília, 01/03/23) – El Presidente de la República de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió a los representantes de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadores de las Américas (CSA) en el Palacio del Planalto, la sede del gobierno en Brasilia durante la tarde del miércoles (01/03). El Presidente consideró el encuentro como un momento histórico. “Hacía mucho tiempo que este salón no acogía un encuentro de dirigentes sindicales con representación internacional. Esta fotografía que está permitiendo que se tome hoy es una fotografía histórica”.

Representantes de cerca de 30 países de las Américas, Europa y África participaran del encuentro donde el presidente Lula enfatizó la importancia de la unidad para el fortalecimiento de la región. “Construiremos esta América Latina más unida si entendemos que juntos seremos más fuertes y que solos seremos muy débiles”, agregó. “Mi causa es recuperar el derecho del pueblo trabajador a vivir con la cabeza erguida, comer tres veces al día, soñar con ir a la universidad, con la libertad y un bien vivir. Este mundo lo podemos crear en Brasil, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador…”, dijo Lula.

Para Lula, el compromiso del Gobierno Federal es construir un amplio espacio de discusión que involucre la defensa de los derechos de los trabajadores ante una realidad de mercado desafiante. Lula defiende el objetivo de garantizar a todos el derecho a vivir dignamente por su trabajo, con un salario justo y un sistema de jubilación de calidad. “Gobernaremos para los más pobres, para los trabajadores y para los más necesitados. Así vamos a arreglar el país, arreglar Sudamérica y quién sabe, algún día, hasta soñaremos con arreglar el mundo”.

Jordania Ureña Lora, Secretaria Adjunta de la CSI, habló sobre las principales luchas del movimiento sindical internacional.Me permitan, antes que nada, agradecer a mi compañero Antonio Lisboa, Presidente Adjunto de la CSI, que está presente acá con nosotros y me permitió hablar en su nombre también. El sindicalismo internacional lucha constantemente para posicionar las mujeres en todos los espacios por la justicia y equidad de género por el fin de la violencia y del acoso en el mundo del trabajo. En el marco de transformación y fortalecimiento de la clase trabajadora mundial también acreditamos en la participación creciente de los jóvenes en nuestras estructuras. Agradecemos por el retorno de Luiz Inácio Lula da Silva a la Presidencia de la República porque eso nos trae esperanza por la construcción de un mundo mejor”.

La importancia de tener presidentes como Lula y Biden en la línea de frente en la lucha por la clase trabajadora fue puntualizada por Fred Redmond, presidente de la CSA y Secretario Tesorero de la AFL-CIO. “El fato de la visita del Presidente Lula a nuestro movimiento sindical en Washington demuestra que la clase trabajadora y el movimiento sindical son prioridades de este gobierno. Estoy contento de tener a Biden como un presidente muy compañero y que apoya al movimiento sindical. Biden es uno de los dos presidentes de la historia americana en apoyar el movimiento sindical. Estamos muy optimistas con el trabajo que vosotros dos Lula y Biden pueden hacer juntos por el movimiento sindical en nuestra región”.

Fred Redmond tanbién agradeció la presencia del expresidente de Uruguay, Pepe Mujica. “Es un gran privilegio tener al presidente Mujica acá en Brasília. Pepe Mujica es una inspiración para todos nosotros. Vosotros representan la unidad del movimiento sindical en nuestra región.  Vivimos momentos de muchos desafíos. Tenemos democracias en crisis, derechos de los trabajadores que están siendo afectados con muchas restricciones a las negociaciones colectivas. Por eso, nuestro movimiento sindical está presente para proteger y construir una democracia inclusiva, donde la justicia racial y de género está en el corazón de este movimiento. Para poder construir una democracia fuerte precisamos tener un movimiento sindical fuerte”, finalizó.

 

 

El Secretario General de la CSA, Rafael Freire, habló sobre el proceso de integración y cooperación regional en América Latina y dijo que Lula representa la esperanza, no solo para Brasil sino que para toda la región. “Vamos a poner el mejor del movimiento sindical de las Américas para avanzar en una integración que sirva al nuestro pueblo. Estamos aquí porque queremos apoyar fuertemente a la iniciativa que Mujica lanzó para la integración y cooperación de América Latina. El gobierno de Lula representa la esperanza no solo para Brasil, pero para toda nuestra América Latina y con Lula vamos a tener un papel más protagónico de Brasil en la región. El centro de nuestra actuación es la defensa de la democracia, tenemos que organizar nuestros trabajadores en defensa de la democracia y poner el trabajo y el empleo al centro de nuestro modelo”.

En la ocasión, Rafael Freire entregó al Presidente Lula dos documentos: los Lineamientos para un Modelo de Código de Trabajo para América Latina y el Caribe y la Plataforma de Desarrollo de las Américas (PLADA). “Entrego estos documentos porque todos nuestros países pasan por los mismos problemas laborales y si no coordinamos las salidas para esos países nosotros vamos a intentar contestar solos y no vamos a lograr. Chile, Perú, República Dominicana y Honduras, todos están debatiendo la reforma en el código laboral, entonces hay que hacer una articulación”.

“Queremos sindicatos cada vez más fuertes”, indicó el Ministro de Trabajo de Brasil, Luiz Marinho. “Después del golpe de 2016, no es ningún secreto el sufrimiento del pueblo brasileño y especialmente de nuestra clase trabajadora. El 18 de enero, recibimos a las centrales sindicales brasileñas y establecimos un grupo de trabajo para abordar el desmantelamiento de los sindicatos y de los derechos laborales en nuestro país. También tenemos un grupo de trabajo sobre el trabajo de las plataformas y estamos siguiendo las experiencias internacionales en relación a este tema en el mundo”.

El ex-presidente de Uruguay, Pepe Mujica, enfatizó la necesidad de la integración y cooperación regional para el desarrollo de los países de América Latina. “Necesitamos ser conscientes de nuestras debilidades y nunca más cometer ese error de no tener el coraje de unirnos para defendernos como América. Unir a todos nuestros países a izquierda y derecha para nos defendernos. Porque nadie nos va a dar nuestros derechos y nuestra prosperidad si no podemos luchar juntos”.

Mujica celebró el retorno de Lula a la Presidencia de la República. “Gracias, Lula, por llegar tan lejos y por traernos esperanza. Tenemos que llevar a Brasil para que nos represente, porque Brasil es grande y fuerte, pero no tendrá la fuerza necesaria si camina solo. Nadie nos da la prosperidad como un regalo. Sabemos que solo uniéndonos podemos empezar a cambiar las reglas del juego”.

El expresidente de Uruguay recibió de Lula una versión ampliada de una foto de los dos dentro del Fusca azul de Pepe Mujica. La imagen fue captada en enero por el fotógrafo Ricardo Stuckert, durante su encuentro en Montevideo luego de una agenda de trabajo del brasileño en Uruguay.

Galería de Fotos del Evento

Discurso completo del Presidente de la República de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva en Español y Portugués

Versión Español

El compañero de equipo Pepe Mujica es mi compañero de lucha en América Latina. Hacía mucho tiempo que este salón no recibía un encuentro de dirigentes sindicales con representación internacional. Y durante mucho tiempo no tuvimos un gobierno en este país con el más mínimo compromiso con el pueblo trabajador en su conjunto, para que pudiera tener contacto con los trabajadores, no solo de Brasil sino de todo el mundo.

Esta fotografía que está permitiendo que se tome hoy es una fotografía histórica. Primero, porque el movimiento sindical internacional está pasando por un momento muy difícil. Todo el mundo conoce los impactos en el mundo del trabajo con los efectos de las empresas de aplicación que determinan lo que debería suceder en el mundo del trabajo a nivel internacional.

Y todos sabemos las dificultades que atraviesan los trabajadores en todo el mundo y todos sabemos la responsabilidad que tendrán a partir de ahora los dirigentes sindicales de intentar estructurar una legislación, una nueva relación entre trabajo y capital.

Aquí en Brasil tenemos una inmensa mayoría de trabajadores temporales, intermitentes, ellos no tienen donde quejarse, no saben a quién pueden buscar. Era más fácil formar el sindicalismo en los años 70 cuando sabíamos dónde estaban el empleador y el trabajador, sabíamos dónde luchar para enfrentar las adversidades del mundo del trabajo.

Las fábricas ya no tienen la cantidad de trabajadores que tenían antes, el trabajo informal está ganando una mayor dimensión que el trabajo formal y las empresas de aplicación explotan a los trabajadores como nunca y les toca nuevamente a los líderes sindicales encontrar una salida a eso para permitir que la clase trabajadora de todo el mundo recupere su espacio, no solo en su relación con los empleadores, sino en los logros de seguridad social que los trabajadores están perdiendo en muchos países del mundo.

Aquí en Brasil, el Ministro Marinho, que es Ministro del Trabajo, sabe que tiene la tarea de tratar de reconstruir la relación democrática que habíamos establecido con el movimiento sindical durante el período de nuestros gobiernos anteriores (los míos y de Dilma Rousseff).

Sabe que todo quedó prácticamente destruido y que gran parte de las conquistas que teníamos han desaparecido y que ahora vamos a tener que volver a luchar, posiblemente con más dificultad, para poder restablecer de nuevo a los trabajadores el derecho a volver a vivir con un mínimo de dignidad, sabiendo que el trabajo le pagará un salario justo y tendrá la certeza de que en la vejez tendrá un sistema de seguridad que lo protegerá.

El mundo del trabajo se está deteriorando en todas partes del mundo. Tenemos el problema de la integración regional, mencionado por Pepe Mujica, vivimos el momento más extraordinario de la integración regional en los años 2000, en la época en que teníamos a Michelle Bachelet, Lagos, los Kirchner, Tabaré y Pepe Mujica, teníamos a nosotros en Brasil, Rafael Correa en Ecuador, que tuvo a Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, y otros como Lugo en Paraguay que logramos establecer una mayor sintonía de integración entre los países de América Latina y que pudimos incluso, en las reuniones en las que participamos , ya sea en el MERCOSUR, UNASUR o CELAC, los líderes sindicales tuvieron los mismos espacios que los presidentes de la República para discutir asuntos propios de la clase trabajadora. Ahora, Pepe, ya no estás en la presidencia de Uruguay y nuestros otros compañeros tampoco están en la presidencia, y vamos a tener que reconstruir y fortalecer el MERCOSUR, reconstruir UNASUR, CELAC, porque tenemos que ser conscientes de que cada país de América del Sur, que cada país latinoamericano trata de negociar individualmente, la posibilidad de que lo aproveche es mucho menor que si tratamos de trabajar juntos.

Es muy fácil para nosotros hablar de unidad, pero es muy difícil para nosotros construir esa unidad, especialmente entre los trabajadores, porque cada uno se preocupa por su supervivencia diaria en su país, cada uno se preocupa por su trabajo en su país, cada uno está preocupado por sus deudas en su vida personal.

 Y sigo preguntándome qué hacer para que podamos construir una unidad más fuerte entre la clase trabajadora en su conjunto.

¿Qué hacer para que podamos unificar al menos a los países que están más cerca de nosotros?

¿Cuáles son nuestros intereses comunes? ¿Cuáles son los intereses que nos unen y cuáles son los intereses que nos dividen?

¿Cuáles son las cosas que permiten la movilización conjunta?

Y sabemos que, si la situación en política no es la adecuada, la posibilidad de construir la unidad será mucho más difícil y complicada.

Esa es la importancia de que entendamos el papel de la democracia.

Aquí en Brasil, la gente aprendió la diferencia de lo que es un régimen democrático, con nuestros gobiernos e incluso otros antes que nosotros, y aprendieron lo que no es la democracia con este último gobierno del último período de nuestro país.

Y vivimos otras experiencias en Sudamérica, que necesitamos superar para tratar de reconstruir el mínimo de unidad que ya teníamos. No somos enemigos, tenemos que trabajar juntos para tratar de mejorar la vida de los pueblos de América del Sur y América Latina.

Parece que en nuestro continente nacimos para retroceder y no para avanzar. Lo que logramos avanzar en los periodos de nuestros gobiernos en cuatro años logramos retroceder el doble.

Tengo una tarea que es aún más importante que cuidar solo de Brasil. Soy latinoamericano. Creo en la construcción de una gran nación, una América del Sur y una América Latina sin fronteras.

Una América Latina no con el mundo del libre comercio, sino con el mundo del trabajo libre. Una América Latina sin fronteras, porque los capitales pueden moverse libremente y los trabajadores tienen prohibido moverse de un lado a otro.

Construiremos una América Latina y del Sur más unificada si entendemos que juntos somos más fuertes y solos seremos muy débiles.

Son 500 años de historia y muchos años de retroceso, ha aumentado el desempleo, ha bajado la masa salarial, muchos trabajadores en muchos países en la reforma de la seguridad social han perdido derechos casi seculares. ¿Y cómo vamos a recuperarlo?

Primero, creer en algo que se llama democracia y es importante que no tengamos dudas durante las elecciones quién puede estar de nuestro lado, quién puede estar con nosotros, quién puede estar del lado de los trabajadores.

Es una pena, participé en el G-20, y cada vez que fui al G-20, yo era el único presidente que los trabajadores buscaban para entregar sus agendas. Yo era el único líder sindical presidente allí.

Es importante que los trabajadores entiendan que la salida de la clase trabajadora no está sólo en la lucha sindical, está en la lucha política. El sindicato es solo un instrumento, si queremos cambiar el nivel de vida, el nivel de la sociedad y el mundo en el que queremos vivir, necesitaremos tener el coraje de consolidar el proceso democrático participando en la vida política de cada uno de nuestros países.

Es difícil cuando vives en un país que no tiene democracia y los trabajadores ni siquiera tienen derecho a protestar. Aquí en Brasil, en los últimos cuatro años, todo estaba prohibido, a la gente no se le permitía hacer prácticamente nada. Durante 4 años los movimientos sindicales, sociales, de mujeres, salud y de personas en situación de hambre no tenían con quién reunirse. ¡Pero ahora estamos de vuelta!

Ahora tenemos 4 años para hacer más de lo que ya hemos hecho. Tengo energía y tengo una causa y mi causa es que el pueblo trabajador viva con la cabeza erguida y que tenga libertad. Nuestro papel como gobernante no es otro que el de cuidar al pueblo.

Gobernaremos para los más pobres, para los trabajadores y para los más necesitados. Así vamos a arreglar el país, arreglar Sudamérica y quién sabe, algún día hasta soñaremos con arreglar el mundo.

Versão Português

Companheiro Pepe Mujica, meu companheiro de lutas pela América Latina. Há muito tempo que esse salão não recebia um encontro de dirigentes sindicais de representação internacional. E há muito tempo a gente não tinha nesse país um governo com o mínimo compromisso com o conjunto do povo trabalhador para que pudesse ter contato com os trabalhadores não só do Brasil como do Mundo inteiro.

Essa fotografia que vocês estão permitindo que seja tirada hoje é uma fotografia histórica. Primeiro, porque o movimento sindical internacional vive um momento muito difícil. Todo mundo sabe dos impactos no mundo do trabalho com os efeitos das empresas de aplicativo determinando o que deve acontecer no mundo do trabalho em âmbito internacional.

E todos nós sabemos das dificuldades que os trabalhadores do mundo inteiro estão passando e todos nós sabemos da responsabilidade que os dirigentes sindicais terão daqui para frente de tentar estruturar uma nova relação entre trabalho e capital nas legislações.

Aqui no Brasil temos uma imensa maioria de trabalhadores temporários, intermitentes, eles não têm nem onde reclamar e nem a quem buscar. Era mais fácil fazer sindicalismo nos anos 70 quando a gente sabia onde estava o empregador e o trabalhador, a gente sabia onde brigar para enfrentar as adversidades do mundo do trabalho.

 As fábricas já não têm mais a quantidade de trabalhadores que tinham antes, o trabalho informal ganha dimensão maior que o trabalho formal e as empresas de aplicativos exploram os trabalhadores de uma forma como jamais eles foram explorados e cabe outra vez aos dirigentes sindicais encontrar uma saída que permita com que a classe trabalhadora do mundo inteiro possa reconquistar o seu espaço, não só na sua relação com os empregadores, mas nas conquistas da seguridade social que os trabalhadores estão perdendo em muitos países do mundo.

Aqui no Brasil, o ministro Marinho que é o Ministro do Trabalho, sabe que ele tem a incumbência de tentar reconstruir a relação democrática que nós tínhamos estabelecido com o movimento sindical durante o período dos nossos governos anteriores (os meus e de Dilma Rousseff).

Ele sabe que foi tudo praticamente destruído e grande parte das conquistas que nós tivemos desapareceram e que nós agora vamos ter que brigar outra vez possivelmente com mais dificuldade para poder estabelecer novamente aos trabalhadores o direito de voltar a viver com o mínimo de dignidade, sabendo que o trabalho vai lhe pagar um salário justo e que ele vai ter a certeza de que na velhice terá um sistema de seguridade que lhe dará proteção.

O mundo do trabalho está deteriorado em todas as partes do mundo. Nós temos o problema da integração regional, citado por Pepe Mujica, nós vivemos o mais extraordinário momento de integração regional nos anos 2000, no período em que você tinha Michelle Bachelet, Lagos, os Kirchner, Tabaré e Pepe Mujica, tínhamos nós no Brasil, Rafael Correa no Equador, que tinha Chávez na Venezuela, Evo Morales na Bolívia, e outros como Lugo no Paraguai que a gente conseguiu estabelecer a maior harmonia de integração entre os países da América Latina e que podia, inclusive, nas reuniões em que a gente participava, seja do MERCOSUL, seja da UNASUL, ou seja da CELAC, os dirigentes sindicais tinham os mesmos espaços que os presidentes da República para discutir os assuntos pertinentes à classe trabalhadora. Agora, companheiro Pepe, você não está mais na presidência do Uruguai e outros companheiros nossos também não estão mais na presidência de seus países e nós vamos ter que reconstruir e fortalecer o MERCOSUL, reconstruir a UNASUL, a CELAC, porque nós temos que ter consciência que se cada país da América do Sul, que cada país da América Latina tentar negociar individualmente a chance de ele levar vantagem é muito menor do que se a gente tentar trabalhar de forma conjunta.

É muito fácil a gente falar de unidade, mas é muito difícil a gente construir essa unidade sobretudo no meio dos trabalhadores, porque cada um está preocupado com a sua sobrevivência diária no seu país, cada um está preocupado com o seu emprego no seu país, cada um está preocupado com as suas dívidas na sua vida pessoal.

E eu fico me perguntando o que fazer para que a gente possa construir uma unidade mais forte entre o conjunto da classe trabalhadora?

O que fazer para que a gente possa unificar pelo menos os países que estão mais próximos de nós?

Quais são os nossos interesses comuns? Quais são os interesses que nos unem e quais são os interesses que nos desunem?

Quais são as coisas que permitem uma mobilização conjunta?

E nós sabemos que se na política a situação não estiver correta, a possibilidade de construir a unidade será muito mais difícil e mais complicada.

Está aí a importância de a gente entender o papel da democracia.

Aqui no Brasil as pessoas aprenderam a diferença do que é um regime democrático, com os nossos governos e até outros antes de nós, e aprenderam o que não é democracia com esse último governo do último período do nosso país.

E vocês viveram outras experiências na América do Sul, que nós precisamos superar, para tentar reconstruir o mínimo de unidade que nós já tivemos na América do Sul.

Nós não somos inimigos, temos que trabalhar de forma conjunta para tentar melhorar a vida do povo da América do Sul e da América Latina.

Parece que no nosso continente nós nascemos para retroceder e não para avançar. O que nós conseguimos avançar nos períodos dos nossos governos em 4 anos conseguimos retroceder o dobro.

Eu tenho uma tarefa que é mais importante até do que cuidar só do Brasil. Eu sou um latino-americano. Eu acredito na construção de uma grande nação, de uma América do Sul e uma América Latina sem fronteiras.

Uma América Latina não com o mundo do comércio livre, mas com o mundo do trabalho livre. Uma América Latina sem fronteiras, porque o capital pode transitar livremente e o povo trabalhador é proibido de transitar de um lado para o outro.

Vamos construir uma América Latina e do Sul mais unificada se compreendermos que juntos somos mais fortes e sozinhos seremos muito fracos.

São 500 anos de história e muitos anos de retrocesso, aumentou o desemprego, caiu a massa salarial, muitos trabalhadores em muitos países na reforma previdenciária perderam direitos quase que seculares. E como vamos recuperar isso?

Primeiro acreditando em uma coisa chamada democracia e é importante a gente não ter dúvida durante as eleições quem é que pode estar do lado da gente, quem é que pode estar conosco, quem é que pode estar ao lado dos trabalhadores.

É uma vergonha, eu participava do G-20, e toda vez que eu ia no G-20, eu era o único presidente que os trabalhadores procuravam para entregar as suas pautas. Eu era o único presidente dirigente sindical que estava ali.

É importante que os trabalhadores entendam que a saída para a classe trabalhadora não está só na luta sindical, está na luta política. O sindicato é apenas um instrumento, se a gente quiser mudar o padrão de vida, o padrão de sociedade e do mundo que nós queremos viver nós precisaremos ter coragem de consolidar o processo democrático participando da vida política de cada um dos nossos países.

Duro é quando você vive em um país que não tem democracia e que os trabalhadores não têm sequer o direito de fazer um protesto. Nesse país, nos últimos quatro anos, tudo estava proibido, não foi permitido ao povo fazer praticamente nada. Durante 4 anos, o movimento sindical, social, das mulheres, da saúde e das pessoas que passam fome não tiveram com quem se reunir, mas agora nós voltamos!

Nós temos quatro anos agora para fazer mais do que já fizemos. Eu tenho energia e tenho uma causa e a minha causa é que o povo trabalhador viva de cabeça erguida e que tenha liberdade. O nosso papel de governante não é outro senão cuidar do povo.

A gente vai governar para o povo mais pobre, para o povo trabalhador e para o povo mais necessitado. É assim que a gente vai consertar o país, consertar a América do Sul e quem sabe um dia a gente possa até sonhar em consertar o mundo.

 Fotos – Ricardo Stuckert y Gilberto Soares

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