Alejandra Angriman, presidenta del CMTA y Secretaria Gremial de la CTA-A (Argentina), participó de la cumbre del L20 en Indonesia

“La dependencia que tienen nuestros países del Sur de las reglas globales nos dificulta poder implementar regulaciones y políticas que permitan avanzar en el desarrollo realmente sustentable”

La presidenta del Comité de las Mujeres Trabajadoras de las Américas (CMTA) y Secretaria Gremial de la CTA-A, Alejandra Angriman, disertó este lunes (14/11) en el Labour 20, el grupo de trabajadores/as de los países miembros del G20. “La dependencia que tienen nuestros países del Sur de las reglas globales nos dificulta poder implementar regulaciones y políticas que permitan avanzar en el desarrollo realmente sustentable”, sostuvo.

El Labour 20 (L20) reúne a las centrales sindicales de los países que integran el Grupo de los 20 (G20), el foro que congrega a las veinte principales economías y en desarrollo del mundo y del que forma parte Argentina. Este año la presidencia recae en Indonesia y el encuentro se realiza en la isla de Bali.

“La explotación y sobreexplotación de bienes comunes; y la primarización y reprimarización de la economía son decisiones que se toman tanto en los países de la región como fuera de los mismos”, afirmó Alejandra Angriman durante la Cumbre del L20. “La dependencia que tienen nuestros países del sur de las reglas globales nos dificulta poder implementar regulaciones y políticas que permitan avanzar en el desarrollo realmente sustentable”.

La dirigente de la CTA-A, representando la Confederación de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA) como presidenta del CMTA, remarcó que “los países industrializados nos demandan materias primas que se explotan con altísimos niveles de daños y de impactos” y, al mismo tiempo, “la política climática de estas naciones externaliza las economías más extractivas y fuertemente primarizadas a nuestros países”.

Angriman argumentó que “la clave para pensar el desarrollo desde otros ángulos es poder agregar conocimiento, valor agregado a la producción, pero para eso es imprescindible discutir la propiedad de la tecnología, la propiedad de la energía, las reglas que definen y cristalizan el desarrollo de los países del Norte Global a costa del subdesarrollo de los países del Sur Global”.

En otro tramo de su alocución enfatizó sobre la clase trabajadora, su composición cambiante y dinámica: “A medida que se imponen formas de trabajo más precarizadas, basadas en tercerización y subcontratación, donde a veces ni se reconoce al trabajador como tal sino como `colaborador´, se vulneran los derechos fundamentales del trabajo y se ataca la identidad misma de la clase trabajadora”. Denunció que “esto impacta negativamente en la capacidad de organización y de acción sindical debilitando las herramientas de lucha”. Por lo que hay que “prestar atención a este fenómeno clave para pensar la transición energética”. Por eso, “insistimos en que esta debe ser justa para la clase trabajadora, lo que implica pensar en sistemas de protección social más robustos e integrales, mejores y mayores marcos normativos de derechos, respeto de los derechos fundamentales del trabajo, el reconocimiento de los sindicatos y de la libertad sindical”.

Para la Secretaria Gremial de la CTA-Autónoma “los mecanismos de mercado mostraron ser contraproducentes y son responsables de las causas del cambio climático, es decir, si los seguimos reproduciendo profundizamos la crisis en vez de enfrentarla”. Y añadió: “El cuestionamiento que realizan los sindicatos a las respuestas de mercado a la crisis climática es que en el fondo no hay discusión sobre el modelo, que solo busca nuevas oportunidades de negocio que profundizan la depredación. Este modelo también explota el trabajo y a la clase trabajadora y la excluye del acceso a derechos”.

En ese sentido, aseveró que “el modelo está en la base de la generación de pandemias producto de enfermedades zoonóticas por la crisis de la biodiversidad. La mayor parte de las muertes por COVID-19 provienen de la clase trabajadora, de quienes viven de su fuerza de trabajo, no de las élites”.

Por último, Alejandra Angriman promovió “un modelo de desarrollo sustentable que coloque en el centro el trabajo decente y la vida. La energía es fundamental para la reproducción de la vida y está presente más que nunca en todas las actividades sociales y productivas que desarrollan las sociedades modernas. Para los países de nuestra región resulta fundamental recuperar el control sobre la energía. Modificar los paradigmas de los sistemas energéticos impulsando regulaciones y políticas de control público de la energía y de las tecnologías que se requieren para enfrentar el cambio climático”.

El G-20 iniciará su cumbre este martes 15 y está integrado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EE.UU., Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, el Reino Unido, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. Representa el 90 % del PIB mundial, el 80 % del comercio global y dos tercios de la población del planeta.

 

Informaciones y texto brindadas por CTA-A http://www.ctainternacionales.org/

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