Las elecciones realizadas este último fin de semana en Chile para la conformación de la Asamblea Constituyente representaron una derrota histórica para la derecha del país. Los chilenos eligieron los 155 integrantes de la Comisión Constituyente que estará encargada de redactar la nueva Carta Magna para sustituir a la promulgada en 1980 bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

La coalición de centroderecha, bloque del actual gobierno de Sebastián Piñera, no llego a conquistar 1/3 de los asientos para la formación de la Asamblea, con 23,9% de los votos y 37 representantes. Las candidaturas independientes alcanzaron 48 escaños. El ascenso de la izquierda fue significativo: con 28 escaños, superó la centroizquierda tradicional (25 escaños).

La elección más importante de la historia de Chile desde la democratización en 1990 representó un triunfo de la izquierda también en las elecciones municipales y regionales. Ese proceso liderado por movimientos sociales, estudiantiles y sindicales, por medio de grandes protestas sociales, apunta a una amplia transformación estatal con pocos precedentes en el mundo.

Eso proceso demuestra la importancia de la movilización popular para echar abajo al modelo neoliberal impuesto por una dictadura sangrienta. Eso modelo ha mantenido por más de 40 años una situación social y económica marcada por la exclusión de la mayoría de la población de Chile. La Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas, la CSA, saluda al pueblo chileno que avanza hacia un modelo social y político más justo y democrático, expresión de su diversidad.

 

 

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