Montevideo, 12 de junio de 2020

12 de junio: Día mundial contra el trabajo infantil

 

La CSA, desde su fundación en 2008, está comprometida con la prevención y eliminación del trabajo infantil en todas sus formas y con el combate a las causas que la generan y reproducen. Reafirmamos que ninguna forma de trabajo infantil es aceptable, rechazamos los argumentos de que el trabajo infantil sea inevitable, beneficioso a nivel económico, socialmente admisible o que redunde en beneficio de los niños, niñas y sus familias. La agenda sindical de combate al trabajo infantil incluye una variedad de situaciones, entre ellas: las cadenas globales de producción, las actividades agrícolas en el medio rural, el trabajo doméstico en hogares ajenos, la construcción, el comercio y servicios en espacios públicos o la condición de migrantes como un dato transversal a todos los sectores.

En el contexto socioeconómico previo al COVID en el continente se habían generado retrocesos; si bien los índices de trabajo infantil, habían retrocedido lentamente, siguen siendo alarmantes  y según la OIT en octubre del año pasado 10,5 millones de niñas, niños y adolescentes trabajan en América Latina y el Caribe, de los cuales, 6.3 millones, o sea el 75%  realizan actividades peligrosas, afectando más a adolescentes de 14 a 17 años, el 68% es trabajo familiar no remunerado, el 48% trabajan en la agricultura; el 90% es informal, donde el trabajo de las niñas y mujeres adolescentes se encuentran invisibilizadas.

En el marco de la pandemia estos índices se han profundizado. Ello obliga a redoblar los esfuerzos en la lucha por el trabajo decente, las políticas distributivas, el combate al hambre y la informalidad, en la certeza de que la única posibilidad de acercarnos al cumplimiento de la meta 8.7 de erradicación de las peores formas del trabajo infantil en 2025 es lograr el trabajo digno de los adultos y la educación de calidad para los niños y las niñas en un marco de justicia social.

Desde hace más de dos décadas el Movimiento Sindical de las Américas participa activamente de las acciones por la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Trabajo Adolescente incidiendo en las políticas públicas a nivel nacional, regional e internacional, interviniendo tanto desde el sector sindical como en los ámbitos de carácter tripartito.

Destacamos la experiencia de diálogo social tripartito que representa la Iniciativa Regional por una América Latina y el Caribe Libres de Trabajo Infantil, cuya secretaría técnica ejerce la OIT, de la cual participan representaciones gubernamentales de 30 países y puntos focales regionales de empleadores y trabajadores. Sin embargo, consideramos importante reforzar de manera efectiva este espacio, promoviendo el verdadero diálogo social con la participación de los actores parte gobiernos-organizaciones de trabajadoras/es y de empleadoras/es.

El rol activo, vigilante y propositivo de los sindicatos en la lucha contra el trabajo infantil es fundamental, pero entendemos que la responsabilidad principal corresponde a los Estados, quienes tienen la posibilidad de enfrentar el problema con medidas adecuadas, aplicando políticas promotoras de trabajo decente para las personas adultas, garantizando los derechos laborales, los derechos sindicales, entre ellos la sindicación, la negociación colectiva y la huelga, ampliando y fortaleciendo la protección social, haciendo efectiva la inspección laboral, garantizando el derecho a la salud y a una educación pública, gratuita, intercultural y de calidad en todos los niveles.

Conforme ha sido remarcado por los miembros de la Red Continental de Combate al Trabajo Infantil de CSA, el flagelo del trabajo infantil debe ser abordado tomando en cuenta su especificidad y tratamiento particular en el territorio con un enfoque integral.  Articulado a la discusión política global planteada en la Plataforma de Desarrollo de las Américas (PLADA) relativa a la promoción de un modelo de desarrollo sustentable, con respeto de la democracia y los derechos humanos, con políticas activas de redistribución de la riqueza y de combate a la pobreza, con un sistema tributario progresivo, sin elusión, evasión y flujos financieros ilícitos, con políticas públicas multisectoriales, con un enfoque de derechos y de promoción de un efectivo diálogo social.

Desde la CSA ya planteábamos que si no se resuelvan los desafíos en la región en cuanto a la informalidad, que en la región representa alrededor de 54%, la urgente necesidad de crear empleos de calidad, las desigualdades étnicas, de género, entre otras desigualdades, y mientras no haya una distribución equitativa de la riqueza, actualmente concentrada en pocas personas, así como que las instituciones del mercado laboral sigan débiles para contrarrestar estos déficits, serán siempre las niñas, los niños y los adolescentes las principales víctimas no sólo del trabajo infantil y el trabajo forzoso, sino que no tendrán acceso a derechos básicos como  la salud,  la protección social, la educación que garantice su desarrollo social y productivo en la vida y en un futuro trabajo.

Este 12 de junio, tomando en cuenta los mandatos de nuestro último Congreso y en sintonía con la visión de la Plataforma de Desarrollo para las Américas, hacemos las siguientes propuestas:

  • Urge el diseño de Políticas de Estado en el ámbito de las Américas para la eliminación de todas las formas  de explotación infantil, con un abordaje de carácter integral que garantice la universalidad de la educación desde la edad preescolar.
  • Erradicación del trabajo infantil y de la explotación familiar como trabajo no remunerado mediante políticas de desarrollo productivo, protección al empleo de las personas adultas, seguridad social y distribución equitativa de la riqueza.
  • Fortalecer la institucionalidad de las organizaciones sindicales para que cumplan de manera eficiente con su rol de ser garantes de derechos.
  • Afianzar la alianza social para el combate a la pobreza, con especial atención a la población infantil y adolescente.
  • Desarrollar estrategias que garanticen la seguridad y soberanía alimentaria.
  • Defender con firmeza los derechos de niños, niñas y adolescentes a la salud, la educación pública y gratuita, a tener una familia, a contar con un hábitat saludable.

Es fundamental que, en tiempos de la pandemia del Covid-19 y durante el período de recuperación, las políticas se orienten a frenar cualquier acción que tienda a disminuir derechos de las niñas, los niños y los/as adolescentes y que se focalicen en construir mejores oportunidades para su pleno desarrollo y ejercicio de todos sus derechos.