Montevideo, 29 de agosto de 2019

La Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA), expresión continental de la Confederación Sindical Internacional (CSI), expresa su repudio ante la situación de ataque a la Amazonía y a la justicia ambiental.

Hace más de dos semanas que recibimos imágenes y testimonios de los incendios que amenazan la región de la Amazonía, una vasta área que comparten 9 países de América del Sur, considerada una de las mayores reservas de biodiversidad del mundo. Las reacciones que han despertado estos eventos están cargadas de indignación y preocupación, pero resulta imperioso fijar claramente los focos de esta preocupación.

Los acontecimientos en la Amazonía están relacionados fuertemente con medidas que el gobierno de Jair Bolsonaro implementara desde el inicio de su mandato, a comienzos de 2019. En solo 8 meses de gobierno, se ha desmontado la institucionalidad de protección del medio ambiente (reduciendo drásticamente el presupuesto de instituciones claves), desarticulado los mecanismos de participación social y debate público, reducido de forma grosera los controles de la tala ilegal en la Amazonía y beneficiado expresamente al agronegocio habilitando mayores presiones sobre territorios y comunidades. Pero las amenazas a la justicia ambiental no terminan ni comenzaron con estas medidas. Los ataques a la democracia y las medidas implementadas que privilegian a las elites económicas y el mercado a costa de las y los trabajadores fueron la antesala de los eventos que asistimos hoy con los incendios en la Amazonía.

Ya fuimos testigos con anterioridad de otros episodios que alertaban de esta degradación: el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff, el asesinato de Marielle Franco, el ataque al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y su encarcelamiento impune sin ninguna comprobación de delito, el asesinato de líderes campesinos, indígenas y ambientales.

No es posible considerar la justicia ambiental despojada de derechos humanos y políticas públicas que garanticen el bienestar del pueblo. Es por eso que los ataques a la democracia ocurridos en Brasil son también ataques a la justicia ambiental. Hoy, la región Amazónica es una expresión muy gráfica de la degradación democrática que vive Brasil.

En las próximas negociaciones sobre el cambio climático que ocurrirán en el marco de la COP25 en Santiago de Chile, se buscará aumentar las ambiciones en materia de combate al cambio climático, y se abordarán las responsabilidades que le caben a los gobiernos y las formas en que se financiarán las soluciones a la crisis climática. El movimiento sindical de las Américas ha insistido en diversas instancias de negociaciones del clima, en la necesidad de profundizar el debate sobre las responsabilidades históricas y diferenciadas, denunciando la captura corporativa que ocurre de las negociaciones al habilitar falsas soluciones al problema del cambio climático permitiendo que empresas transnacionales sean protagonistas del financiamiento del clima.

Desde la Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA) llamamos a aumentar la presión internacional para exigir al actual gobierno de Brasil restablecer la institucionalidad ambiental y el respeto por el medio ambiente y los derechos humanos, sociales y laborales. Expresamos asimismo nuestra solidaridad con las luchas ambientales y sociales que se están llevando adelante en este país.

CSA – Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas

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