El gobierno de los Estados Unidos anunció la decisión de implementar el Titulo III de la Ley Helms-Burton contra Cuba a partir de mayo de este año. Esa ley fue aprobada en 1996, consolidando un conjunto de acciones del gobierno estadunidense de bloqueo contra Cuba. Con ella endureció el alcance extraterritorial de sus decisiones pretendiendo, con medidas coercitivas, obligar a terceros países a sumarse al bloqueo, sometiendo a estados soberanos a la voluntad de la Casa Blanca.

El Título III busca anular el derecho soberano de un país (Cuba, en este caso) a la nacionalización y expropiación de bienes de extranjeros y nacionales. Plantea que los reclamantes de propiedades lo pueden hacer en tribunales de los EE. UU. Desde su promulgación todos los presidentes norteamericanos venían suspendiendo su aplicación, en decisiones renovadas a cada seis meses. Con la decisión del gobierno de Trump ya se iniciaron las primeras acciones judiciales en tribunales norteamericanos, que tratarán de afectar instalaciones de servicio público, hospitales, casas de familias y un sin número de edificios de uso público.

Desde la Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA), organización que afila a 48 organizaciones nacionales de 21 países y representa a 50 millones de trabajadoras y trabajadores, rechazamos la decisión del gobierno de Trump, exigiendo su revocación y nos solidarizamos con el pueblo trabajador cubano, que con el endurecimiento del bloqueo ve amenazado sus condiciones de vida, trabajo y su soberanía para decidir su destino.

La CSA reafirma la histórica posición del sindicalismo de la región de condena al bloqueo contra Cuba y la defensa de su derecho a la soberanía. Igualmente rechazamos cualquier otro mecanismo de presión internacional sobre Cuba que afecte el ejercicio de los derechos sociales de su población.

Rafael Freire Neto
Secretario General

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