8 de marzo, 2019. Millones de mujeres trabajadoras de las Américas sufren la violencia; la vulneración de sus derechos sexuales y reproductivos; el acoso y el abuso sexual; la desigualdad laboral y discriminaciones en el acceso a los recursos económicos, sociales, así como la invisibilización de los cuidados que en su mayoría realizan las mujeres. Todo ello es resultados de la expresión de un modelo y cultura patriarcal y el sistema capitalista de relaciones productivas y económicas.

La segmentación de los mercados laborales en el contexto de una heterogeneidad estructural de las sociedades, matrices de producción y modelos de relaciones laborales, junto a la persistente división sexual del trabajo, limitan la inserción laboral de las mujeres y las concentra en ciertos sectores y ocupaciones de la economía generalmente considerados femeninos y de menor valor económico. Junto a esta realidad, los cambios acelerados relacionados con las tecnologías digitales plantean nuevos escenarios para el futuro del trabajo.

Los datos sobre la desigualdad de género en el trabajo deben ser considerados como un llamado a la acción. La mayor fuente de trabajo para las mujeres en la región se da en el sector del cuidado remunerado (compuesta por los sectores de educación, salud, asistencia social y trabajo doméstico) con un porcentaje acumulado de 27,7% (CEPAL). En esta misma línea, el proceso de envejecimiento de la población y, por ende, el aumento de las labores de cuidado supone desafíos para las mujeres y para lograr una inserción en el mercado laboral más igualitario a partir del reforzamiento al papel que se les asigna como cuidadoras en el mundo del trabajo (en lo privado y ahora llevado al trabajo remunerado).

Frente a las actuales características del mercado laboral y los patrones culturales que siguen prevaleciendo, cabe preguntarse si los nuevos modelos de plataformas digitales, por ejemplo, permitirán formas de trabajo más flexibles y servirán para mejorar la inserción de las mujeres al mercado laboral o, por el contrario, generarán condiciones laborales más precarias, sobrecargando sus tiempos de trabajo, alejándolas de su vínculo con los sistemas de protección social, profundizando así la violencia contra las mujeres.

Si bien es conocido que tanto hombres como mujeres pueden experimentar violencia y acoso laboral, las relaciones desiguales de poder en la sociedad y en el trabajo, hacen que la mayor parte del tiempo sea la mujer la que resulte más expuesta a estos flagelos. La violencia contra la mujer profundiza la desigualdad, afecta el bienestar de las generaciones actuales y futuras y priva a las mujeres de sus derechos humanos básicos.

Reconociendo la existencia de diferentes normas internacionales de Derechos Humanos, así como Convenios de la OIT que apuntan a disminuir la desigualdad, también se constata que actualmente no hay ninguna Norma Internacional que aborde las distintas formas de violencia y acoso en el mundo del trabajo. Para las mujeres trabajadoras y el sindicalismo de las Américas, la adopción de un Convenio y una Recomendación de la OIT en la próxima CIT – 2019, enviará un mensaje claro de que la violencia y el acoso, laboral o sexual NO forma parte del trabajo, ni es tolerable en ningún ámbito privado o público. Será un instrumento para dar voz a las trabajadoras y trabajadores, de manera que puedan oponerse a la violencia de género, y para negociar convenios colectivos e incluir cláusulas concretas, que ayudan a prevenir y eliminar la violencia y acoso en el mundo de trabajo. 

La CSA y su CMTA dicen ¡Basta ya¡, e instan a sus organizaciones afiliadas y fraternas a unirse en la tercera convocatoria del Paro Internacional de Mujeres – PIM para hacer visible las múltiples violencias que sufren las mujeres y para denunciar la aplicación de modelos neoliberales, regresivos y represivos que suponen un retroceso en términos de derechos, un incremento de la persecución hacia las/los luchadoras sociales y el afianzamiento de las relaciones capitalistas, coloniales, patriarcales, raciales y sexistas. Únete al grito de ¡BASTA YA! Juntas y Juntos fortalezcamos nuestras luchas:

Por un Futuro del Trabajo sin Violencia y Acoso contra las mujeres
Por un Convenio y Recomendación de la OIT

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