La Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas (CSA) y su Comité de Mujeres Trabajadoras de las Américas (CMTA) quieren reforzar su compromiso relativo en la discusión de la adopción en la Conferencia Internacional del Trabajo, junio 2019 de un “Convenio y Recomendación para poner fin a la Violencia y el Acoso contra hombres y mujeres en el Mundo del Trabajo”.

La inequidad en el trabajo, la discriminación y la división sexual del trabajo son la mayor expresión las desigualdades de género en la sociedad. Las brechas de género económicas, sociales, culturales y simbólicas derivadas de esta situación, ponen a las mujeres en clara desventaja frente a los hombres en el acceso, la promoción y la permanencia en el mundo laboral.

En Paraguay todavía el 40% de las mujeres trabajadoras no tienen protección social. Siguen ganando un 30% menos que los hombres por igual trabajo y acceder a puestos de jerarquía superior les lleva el triple de tiempo, aunque tengan el mismo nivel de formación que un hombre. Las mujeres acceden a menos contratos colectivos.

Según el informe elaborado por el Registro Judicial de Causas y Antecedentes de Violencia de Entre Ríos (Rejucav) de Argentina, en el período comprendido entre enero de 2016 y junio de 2018 se registraron un total de 22.577 expedientes tramitados, donde 8.437 corresponden a violencia contra la mujer, y entre ellos 117 pertenecen a casos de violencia laboral, siendo una de las modalidades de violencia menos denunciada y poca visibilización.

Por otra parte, de acuerdo con un estudio realizado por el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) Brasil en el año 2017 fueron más de 10 mil 700 los procesos sobre feminicidios que quedaron sin resolver.

En el caso de Chile, durante el 2017 y de acuerdo a información de la Dirección del Trabajo, se registraron 2.409 denuncias por acoso laboral, de las cuales 686 correspondieron a la Región Metropolitana, equivalente al 28,4% y en la mayoría las más afectadas fueron mujeres.

La violencia y el acoso en el mundo del trabajo constituyen una violación de los derechos humanos y una amenaza contra la dignidad, la salud y la seguridad de las mujeres.

Fortalezcamos la movilización para mantener el compromiso de los Gobiernos en el apoyo de un Convenio y una Recomendación de la OIT sobre “violencia y acoso contra las mujeres y los hombres en el mundo del trabajo”.

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