Por Daniel Angelim

Bajo la luz de los hechos científicos presentados en el último informe del grupo de científicos vinculados al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) se celebró entre los días 2 al 14 de diciembre en la ciudad polaca de Katowice, la COP 24.

La Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas y representantes de centrales sindicales afiliadas y fraternas de Brasil, Argentina, Perú y República Dominicana, junto a sindicalistas de otras regiones del mundo, vieron en Polonia otra oportunidad perdida por los países para, de forma multilateral, avanzar sobre soluciones reales para responder los efectos negativos generadas por el cambio climático.

Esta es una preocupación alarmante para la región teniendo en cuenta que el impacto del cambio climático en América Latina y el Caribe será considerable por su dependencia económica respecto de la agricultura, la baja capacidad adaptativa de su población y la ubicación geográfica de algunos de sus países en zonas de alta vulnerabilidad ante los eventos climáticos extremos.

Otra decepción: más allá de la ambición

El sindicalismo internacional y regional sigue demandando mayor ambición en los compromisos ambientales de todos los gobiernos del mundo. Sin embargo, el problema nos parece más profundo. Como decimos en la 3ra. Conferencia sobre Energía, Ambiente y Trabajo de San José de Costa Rica:

“… Consideramos insuficientes las políticas estatales ya acordadas en la convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) frente al desafío de la crisis climática. No se ha conseguido poner en marcha una verdadera transición ecológica, al mismo tiempo que hay toda una arquitectura mundial para garantizar la impunidad de las empresas transnacionales en su afán de lucro por sobre los derechos de la clase trabajadora, de las comunidades en los territorios y de la naturaleza. Seguiremos presionando adentro y afuera de las Conferencias de las Partes (COPs) por un freno al cambio climático y por la justicia social”

Los obstáculos son los intereses económicos privados irresponsables. La consigna The System Change Not Climate Change (Cambio de sistema, no al Cambio Climático) se hace cada vez más urgente y relevante.

Algunos puntos positivos

El Acuerdo de Paris sigue vivo y da algunos pasos adelante. La CSA ya manifestó varias veces sobre la insuficiencia del acuerdo celebrado en 2015. Sin embargo, con los ataques de Donald Trump, del futuro presidente brasileño Jair Bolsonaro, entre otros que niegan los efectos de la actividad humana sobre el cambio climático, es positivo – en vista de un mal mayor – el mantenimiento del compromiso de internacional firmado entre 195 países.

Además de esto, la CSA manifiesta satisfacción por la iniciativa de la Presidencia de la COP de presentar y adoptar la “Declaración de solidaridad y Transición Justa de Silesia”, firmada hasta el momento 53 países (3 de la región) y la Comisión Europea. La declaración pone en el centro del debate político y climático la demanda histórica del movimiento sindical internacional por una transición justa.

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