Un nuevo golpe al pueblo brasileño, a la democracia y al Estado de Derecho constituye la orden de prisión contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, dictada por el juez Sérgio Moro este 5 de abril. El juez Moro pretende ejecutar la sentencia por el emitida el 12 de julio de 2017, en un juicio lleno de arbitrariedades y en el que no se llegó a probar la comisión de ningún delito y en el que se condenaba a 9 años de prisión, la cual fue ampliada a 12 años y un mes, por el Tribunal Regional de Porto Alegre, en enero de este año.

La orden de prisión, dictada en tiempo récord, se da menos de 24 horas después de que el 4 de abril el Supremo Tribunal Federal (STF), en un proceso lleno de cuestionamientos, votara en contra del habeas corpus preventivo presentado por la defensa del expresidente Lula, lo que significó una violación flagrante al derecho a la presunción de inocencia reconocida en la Constitución Federal brasileña de 1988. Por otro lado, los jueces del STF tomaron su decisión por 6 votos a 5, bajo la amenaza proferida por altos mandos militares, quienes un día antes se pronunciaron por las redes sociales posicionándose claramente contra la posibilidad de que el habeas corpus preventivo fuera otorgado al expresidente Lula, información que fue ampliamente difundida por los medios de comunicación dominante, especialmente la Red Globo de Televisión, creando un clima de linchamiento contra Lula y los jueces que defendían el cumplimiento de la constitución.

Esta orden de prisión comprueba la radical politización del sistema judicial brasileño, certifica la falta de democracia y de Estado de Derecho a partir del golpe parlamentario contra la expresidenta Dilma Rousseff en 2016 y evidencia la profunda crisis política que se vive en Brasil. Con esta decisión se violentan los derechos constitucionales del ex Presidente Lula y se le impide participar en las elecciones de octubre del 2018, donde es favorito según todas las encuestas de intención de voto.

La persecución política, judicial y mediática contra el ex Presidente Lula es una venganza de la clase conservadora brasileña y de la derecha internacional contra uno de los símbolos más importantes del progresismo de Brasil y del mundo, bajo cuyo liderazgo se implementó un proyecto político popular y progresista que logró la inclusión social de millones de brasileñas y brasileños y promovió la integración latinoamericana y una alianza mundial contrahegemónica.

El movimiento sindical de las Américas manifiesta su solidaridad con el pueblo y el movimiento sindical brasileño y reitera su compromiso con la campaña internacional de respaldo al ex Presidente Lula, llama a mantenerse alerta en los próximos días frente a los acontecimientos en Brasil y convoca a sus afiliadas a impulsar junto a otros sectores sociales y políticos, los Comités en Defensa de Lula y la Democracia en Brasil, y a movilizarse en defensa del derecho de Lula a ser candidato en las elecciones presidenciales de octubre, bajo la consigna Elecciones sin Lula es fraude.

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