Durante el primer día del Encuentro, fueron debatidos temas como la democracia energética, la minería y las hidroeléctricas. El uruguayo Daniel Chávez, Coordinador de la plataforma nueva política Transnational Institute (TNI), inició el panel presentando el diagnóstico que hacen desde la Plataforma: A nivel mundial se habla de que ese pasaje a la economía verde es ‘inexorable’. Sin embargo, indicó: “Al ver la matriz energética a nivel mundial surge que la generación de energía renovable no llega al 5 por ciento”. Y agregó: “Para hablar de democracia también hay que pensar quién ejerce el control, en quién distribuye la energía”.

Chávez además nombró ejes de la discusión sobre la democracia energética: “El acceso universal y la justicia social, priorizar a los sectores populares y de trabajadores; luchar por energía renovable, sostenible y local; los recursos combustibles fósiles deben quedar en el suelo porque tener un sistema con energía cien por ciento renovable es técnicamente posible y los condicionamientos son políticos; es necesario pensar en una titularidad social y estatal, así como en una industria con salarios justos y empleo sustentable en el campo de la energía, con un sector sindicalizado y con remuneración justa”.

Por su parte, Pablo Bertinat, docente de la Universidad Tecnológica Nacional y del Taller Ecologista de Rosario, añadió: “Para pensar la democratización lo central es cómo poner límites al desarrollo en un contexto de desigualdad, es decir, discutir el crecimiento porque hoy tenemos suficiente energía para que no haya pobreza, pero algunos tienen que tener menos”. Un punto clave que agregó Bertinat es el de cambiar la lógica con la que se piensa a las energías: “Creemos que debe ser construida una lógica de manejo de la energía como derecho y el proceso de discusión local, de entender a la energía como servicio público es un camino”.

Tomó la palabra luego Rodolfo Kempf, miembro del Consejo Directivo Nacional de ATE y de la CTA-A, y trabajador de CNEA. El compañero dijo: “En este debate, el punto de partida es analizar las características de cada país. En Argentina, tenemos un país con pobreza energética, dependiente y saqueado ambientalmente. Entonces al pensar en energías para qué y para quién también tenemos que hablar de limitar los monopolio porque, por ejemplo, las únicas muestras de brote verde que hizo Macri son los financiamientos de llave en mano. Otro caso es el uruguayo, donde se ha incorporado en forma excesiva a las energías renovables forzando la privatización de empresas. Asimismo, otra cosa que hay que tener en cuenta es la presencia de empresas de energías limpias con convenios de trabajo sucios. Esto es clave porque debe servir para resolver problemas sociales. El objetivo de un encuentro como este es poder llegar a confluencias entre distintos sectores para poder discutir y fortalecer la unidad entre los trabajadores y los sectores populares organizados que luchan contra la degradación del ambiente”.

La segunda jornada del Encuentro estuvo dividida en cuatro paneles. Fue así como, al inicio de la jornada, hicieron su intervención los compañeros brasileros Daniel Angelim, Responsable Medio Ambiente y Trabajo de la Confederación Sindical de las Américas (CSA); Daniel Gaio, Secretario de Medio Ambiente de la Central Única de los Trabajadores (CUT); y Diego Azzi, docente de la Universidad Federal ABC de Sao Paulo. Los expositores brasileros explicaron la situación que atraviesa el sector energético de su país y el cambio profundo habido en esta materia a partir del golpe realizado contra Dilma Rouseff por los sectores que apoyan a su sucesor, Michel Temer.

En este marco quien primero explicó los resultados de la política de Temer fue Angelim, señalando el proceso privatizador que arrancó con la apertura a empresas extranjeras para operar en las actividades petroleras. También apuntó a la próxima privatización de la empresa ElectroBras, por la cual el propio Temer viajó a China para interesar a capitales de ese país.

Desde la CSA, subrayó Angelim, “se ha iniciado un proceso de lucha contra la privatización de las empresas de energía nacionales”. En esos encuentros que se desarrollan el otro punto es la situación ambiental. Como una respuesta regional adelantó que en noviembre, en la ciudad de Montevideo, habrá un encuentro de diversas organizaciones sindicales, ambientalistas y por la tierra para avanzar en un plan de lucha por la democracia energética.

A su turno Daniel Gaio, de la CUT, realizó un resumen sobre las nuevas políticas energéticas que impuso el golpe de Temer: “A lo dicho con ElectroBras y Petróleo, otra área que abre a la inversión extranjera es la de las empresas provinciales de Saneamiento (agua)”.

Gaio dejó además una reflexión política sobre este proceso: “Temer convoca a la inversión a empresas de EE.UU., China y Europa y los convoca a través de una violenta reforma laboral”, que también “va a llegar al resto de América Latina”.

Más adelante Gaio expresó que los autores del golpe institucional están habilitando la venta de tierras a extranjeros, cambios en los códigos de minería, uso del acuífero Guaraní. “Con el nuevo código minero se permite a las empresas primero explotar y luego hacer el impacto ambiental”, dijo Gaio, que además señaló que con el neoliberalismo que expresa Temer “se acabaron las relaciones internacionales Sur-Sur, en las que tallaba el respaldo a las políticas de los países latinoamericanos y de África”.

Brasil hoy tiene un 43 por ciento de energía hidroeléctrica (cuando en el mundo el promedio es 11 por ciento) y ha venido avanzando en la eólica. Pero este año, con Temer, el rubro enfrenta una retracción de sus inversiones y se dispone a proyectar la construcción de nuevas represas.

Por ello dese la CUT se impulsa para mayo del 2018 la realización de un Foro Alternativo Mundial por el Agua, que pretende poner en foco los efectos que abría sobre la Amazonia (también amenazada por la minería).

Por su parte Diego Azzi, docente en la Universidad Federal ABC, dijo: “Después de Dilma llegó un giro claro de apertura a los capitales foráneos. Mientras que siempre primó la explotación petrolera en manos del Estado, con Temer se abre paso a la inversión extranjera”.

Para AZZI la apertura a los capitales, la liberalización financiera y las reformas laborales apunta a un nuevo posicionamiento de Brasil dentro de la OCDE. “Este nuevo contexto nos obliga a repensar el proyecto de Nación y por ende también repensar la utilización de la energía”, acotó.

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