La Confederación Sindical de trabajadoras/es de las Américas (CSA), expresa su solidaridad con la masiva movilización desarrollada el día de hoy (24) en la ciudad de Brasilia, convocada por las centrales sindicales y demás movimientos sociales para rechazar la pretensión ampliar la agenda de retrocesos sociales, exigir renuncia del gobierno ilegítimo y llamar a Elecciones inmediatas, para superar la crisis instalada en Brasil desde el golpe de 2016.
Con más de 200 mil personas, venidas de las distintas regiones del país, las/os trabajadoras y trabajadores dieron una nueva demostración del masivo rechazo a la agenda anti popular implantada por el ilegitimo presidente Michel Temer, especialmente a la pretensión de ampliar la destrucción de los derechos del pueblo trabajador con la reforma a las leyes del trabajo y de la seguridad social. El gobierno insiste en esta política en medio de la más profunda deslegitimación, no solo por haber surgido del golpe, sino además por estar hundido en escándalos de corrupción que involucran al presidente y una buena parte de sus ministros.
Ante el masivo respaldo popular a la movilización convocada por las centrales sindicales, el gobierno desató una brutal represión policial y militar contra la manifestación mayoritariamente pacífica. Adicionalmente el gobierno ilegítimo ha decretado el uso de las fuerzas militares para contener las movilizaciones populares en Brasilia, situación nunca vista desde la etapa de la redemocratización.
El movimiento sindical ha denunciado de manera contundente que la agenda del golpe implementada radicalmente desde hace un año busca concretar el plan de los grupos económicos, los sectores políticos conservadores y la media hegemónica, que pretende imponer el paquete de ajustes neoliberal, en favor del capital nacional y transnacional. El gobierno Temer es un simple instrumento de poderes superiores que buscan desesperadamente concluir su plan contra el pueblo brasileño.
La CSA condena la represión contra la movilización pacifica de Brasilia, expresa su solidaridad con el pueblo, las centrales sindicales y los movimientos sociales brasileños, acompañando sus reivindicaciones contra las reformas antipopulares, por la renuncia del presidente Michel Temer y la convocatoria de elecciones directas de manera inmediata.