Para intentar reducir esta situación, el movimiento sindical ha planteado ante el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la necesidad de una norma específica que permita combatir la violencia de género en el lugar de trabajo. Así, la CSA y el CMTA hacen una llamado a los gobiernos para el apoyo en la elaboración y adopción de dicha norma que tenga como objetivo, entre otros, prevenir la violencia de género en el trabajo y apoyar a las víctimas, garantizándolas derechos laborales y de seguridad social.

Vivir una vida libre de violencia es un derecho humano de las mujeres y como tal requiere respuestas integrales por parte de los Estados que garanticen su ejercicio. Se ha reiterado que en la Región existe una importante brecha entre las situaciones de violencia de género y las respuestas, tanto a nivel de las políticas públicas como en el ámbito judicial.

Las mujeres constituyen una proporción creciente de la fuerza de trabajo. Sin embargo, una parte muy importante de las trabajadoras están en puestos precarios, sin seguridad laboral, salarios bajos y en condiciones desfavorables. Además, algunas mujeres que están asumiendo puestos de decisión, también se enfrenta a problemas relacionados con la exclusión o el menoscabo de los hombres que pueden considerarlas como una amenaza; el acoso sexual y laboral es frecuentemente utilizado como una herramienta de control general.

La violencia contra las mujeres en el lugar de trabajo sigue siendo una grave y significativa violación a sus derechos. En todo el mundo, alrededor del 35 por ciento de las mujeres ha sido víctimas de algún tipo de violencia.

Sin embargo, sigue sin haber una norma internacional que aborde adecuadamente la violencia de género en el lugar de trabajo. En muchos países, el único medio de que dispone una mujer para reclamar justicia por la violencia sufrida en el trabajo es iniciando un largo y penoso proceso legal.

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