La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas – CSA – y su Comité Continental de Mujeres Trabajadoras de las Américas – CMTA -, nos unimos a todas las mujeres trabajadoras en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, fecha en la cual recordamos el esfuerzo y valentía de todas aquellas que han luchado a lo largo de muchas generaciones para lograr la equidad e igualdad de oportunidades.

A pesar del reconocimiento del derecho a la igualdad salarial o retributiva entre mujeres y hombres como derecho fundamental, la desigualdad salarial sigue siendo un fenómeno persistente y universal. De acuerdo con la ONU, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 19% en América Latina y el Caribe. El salario medio de las mujeres sigue siendo inferior al de los hombres y ha llegado a convertirse en un problema crónico que ofrece importantes resistencias para su eliminación.

Combatir la brecha salarial significa eliminar las discriminaciones laborales que aún persisten y perjudican a las mujeres, y mejorar las peores condiciones laborales en que se insertan las mujeres, como evidencia la estadística: tiempo parcial, temporalidad, discontinuidad en la ocupación, con más interrupciones laborales y más tardanza en volver a incorporarse al empleo, fruto de los mayores obstáculos en el acceso al mismo y de la vigencia de estereotipos y prejuicios de género que frenan su contratación. Todos estos factores son, en definitiva, los que dan como resultado económico la brecha salarial, una realidad de manifiesta injusticia porque supone pagar menos a las mujeres por el hecho de ser mujeres, y que contribuye a su pobreza presente y futura. Una realidad que contradice muchos mandatos constitucionales y legislativos de no discriminar por razón de sexo.

La infravaloración del trabajo de las mujeres en las Américas sigue teniendo su reflejo en las inferiores retribuciones que perciben respecto a los hombres por la realización de trabajos de igual valor, ya sean iguales, similares o diferentes pero de igual valor. Ello contribuye a que las mujeres sufran un efecto perjudicial indeseable y de desventaja desde el punto de vista económico, en sus salarios, en la evolución de sus carreras profesionales, en la promoción profesional y en los derechos de protección social (maternidad, desempleo, incapacidad, jubilación, etc.), colocando a las mujeres en una situación de mayor riesgo de pobreza que a los hombres.

La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas – CSA y su Comité Continental de Mujeres Trabajadoras de las Américas – CMTA instamos a los Estados implementar una política nacional con medidas activas destinadas a eliminar la discriminación salarial directa y modificar concepciones tradicionales sobre el papel de la mujer en la sociedad y en el mundo del trabajo.

¡No más discriminación salarial!

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