«Ni,Ni»

Por Adital

Entre 2000 y 2010, se incrementó en 708 mil el número de jóvenes entre 15 y 29 años, que no estudiaban, no trabajaban, ni buscaron ocupación («ni, ni»). Esta es una de las notas técnicas del boletín Mercado de Trabajo n°. 53, publicado el martes, 4, por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea). < >

Producido por las técnicas del Instituto, Ana Amélia Camarano y Solange Kanso, el estudio verificó que 8,1 millones de jóvenes estaban en esta misma condición el año 2000 (16,9% de la población joven), alcanzando 8,8 millones en 2010.

Este fenómeno ha tenido un comportamiento diferenciado según el sexo. Mientras el contingente masculino ha aumentado en 1,1 millones de personas, el número de mujeres disminuyó en 398 mil. Del total de hombres jóvenes, 11.2% se encontraban en situación de no estudiar y no trabajar en 2010. Entre las mujeres, la proporción fue mayor, correspondiendo al 23.2%.

La reducción en el número de mujeres jóvenes que no estudiaban ni trabajaban fue debida a un mayor tiempo de permanencia en escuela de las más jóvenes y también a una mayor participación en las actividades económicas por parte de las mayores. Del total de personas que no estudiaban y no participaban en el mercado laboral, 67,5% eran mujeres, aunque este sector viene reduciéndose desde principios de 1980.

Baja escolaridad

Si, por un lado, aumenta el número de personas en la categoría «ni, ni», por el otro disminuyó el número de jóvenes que estudiaban y trabajaban – participantes de la Población Económicamente Activa (PEA). Esta reducción se produjo principalmente entre los hombres en el grupo de edad de 15 a 19 años.

En 2011, hombres y mujeres que no estaban estudiando o trabajando, presentaban baja escolaridad. Los hombres tenían en promedio de siete años y las mujeres, ocho años de escolaridad. Los jóvenes que no estaban estudiando ni trabajando eran parte de familias cuyo ingreso per cápita familiar era el más bajo entre las familias examinadas.

Necesitamos políticas públicas que contribuyan a una adecuada inserción de estos jóvenes, ya sea en la escuela o en el mercado de trabajo”, concluye Ana Amélia Camarano

Lea el boletín «Mercado de Trabajo nº 53».

Fuente: Adital

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