Por Agencia de Información Laboral – ENS

La AFL-CIO y otras organizaciones internacionales exigen una solución.
Crece el drama: ayer se cosieron la boca otros 3 trabajadores, ya son 7.
La Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO por sus siglas en inglés) se pronunció en las últimas horas para exigir a los gobiernos de Estados Unidos y Colombia que fomenten negociaciones entre General Motors Colmotores y los trabajadores que fueron despedidos enfermos de esta multinacional, quienes desde el 1º de agosto adelantan una huelga de hambre con la boca cosida frente a la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
Y el drama crece, pues ayer se sumaron a la huelga de hambre, con la boca cosida, Rafael Ángel Jiménez, Ferney Rodríguez y Wilson Blandón, con lo cual ya son 7 los trabajadores en tal situación, dispuestos, según lo han dicho, a ir hasta las últimas consecuencias hasta tanto se les solucione su situación. “Nuestra lucha es seria y justa, y General Motors tiene que responder por lo que nos hizo. Sólo queremos que se haga justicia”, señaló Jorge Parra, presidente de la Asociación de Trabajadores Enfermos de Colmotores (Asotrecol), uno de los huelguistas que se cosió la boca.
La de la AFL-CIO es apenas una de las voces que en los últimos días, tanto en el país como en el exterior, se han solidarizado con estos trabajadores enfermos, con la exigencia de que GM Colmotores les reconozcan sus derechos laborales violados y así terminar su dramática protesta.
Es de aclarar que no se trata de una protesta reciente. Ésta la inicio Asotrecol en agosto del año pasado, cuando instaló una rudimentaria carpa frente a la embajada de Estados Unidos para denunciar los despidos sistemáticos, y sin compensación, de los trabajadores con enfermedades ocupacionales, como síndrome del túnel carpiano, manguito rotador, hernias de disco lumbar, etc., causadas por el manejo de maquinaria pesada y la ejecución repetitiva de ciertos movimientos.
Según la denuncia de Asotrecol, desde hace 3 años fueron despedidos cerca de 200 trabajadores en estado de enfermedad, y de manera irregular, toda vez que sus expedientes médicos fueron usados de manera ilícita, mediante componendas entre funcionarios del Ministerio, la ARP y GM Colmotores. Además les han denegado indemnización laboral y el acceso a la jubilación anticipada y otros beneficios después de haber sufrido lesiones en el trabajo. De tal suerte que muchos de ellos están hoy inválidos, lo que les impide acceder a puestos de trabajo en otras empresas; incluso algunos han perdido sus viviendas por no haber cancelado las deudas respectivas.
Y así completaron un año de protesta infructuosa, por lo que el pasado 1º de agosto tomaron la decisión extrema de coserse la boca e iniciar una huelga de hambre, la cual tampoco ha conmovido a las directivas de GM Colmotores, que permanecen indolentes y nada que les resuelve su situación.
Una reunión que terminó en nada
Gracias a la presión política por parte del congreso y la embajada de Estados Unidos, y grupos de la sociedad civil, el lunes 6 de agosto se realizó una reunión de acercamiento entre las partes, en la cual participaron altos directivos de la GM en Colombia, delegados del Ministerio de Trabajo y la OIT, la Procuradora delegada de asuntos laborales, algunas centrales sindicales y Asotrecol. Pero no se llegó a ningún arreglo porque cuando los trabajadores presentaron sus quejas, los representantes de la GM decidieron retirarse de la reunión sin resolver nada.
Es de anotar que en esta reunión la representante de la Procuraduría aclaró que, con base en sus investigaciones, Asotrecol tiene razón en las denuncias que ha hecho, y además demostró que había corrupción de funcionarios del Ministerio, la ARP y Colmotores. Ante estas revelaciones los delegados de la OIT presentes en la reunión quedaron muy sorprendidos e indignados con los atropellos de GM en Colombia. Sobre todo les llamó la atención los delitos de corrupción, el pacto colectivo ilegal que rige en esta empresa y los delitos en contra de la libertad sindical.
La opinión de la AFL-CIO 
“Los gobiernos estadounidense y colombiano deben hacer que GM entre en diálogo con Asotrecol para ayudar a facilitar una respuesta rápida y justa a las quejas de los trabajadores. Además, el Ministerio de Trabajo de Colombia debe examinar minuciosamente las prácticas en cuanto a salud ocupacional y seguridad de GM, así como el uso de pactos colectivos para cumplir con leyes nacionales y disposiciones laborales del Tratado de Libre Comercio con Colombia”, dijo Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO.
Según Trumka, este caso es particularmente preocupante, ya que Colombia y Estados Unidos están supuestamente comprometidos con la aplicación efectiva del Plan de Acción Laboral, que es un factor crítico del TLC entre estos dos países. Destacó que más allá de los problemas que este pequeño grupo de trabajadores enfrenta, GM Colmotores emplea a la mayoría de su fuerza laboral mediante un pacto colectivo, que es una forma unilateral de fijación de salarios y condiciones laborales que los trabajadores consideran una violación a la libertad de asociación y opuesta a la negociación y el diálogo. Como parte del Plan de Acción Laboral, Colombia se comprometió a eliminar el uso de estos pactos cuando se utilicen para menoscabar la libertad de asociación y otros derechos fundamentales.
“Esta indiferencia a los derechos laborales envía un mensaje claro sobre el cumplimiento de leyes a otros empleadores en Colombia, un país en el que estos derechos son violados con regularidad”, finalizó Trumka
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