El conflicto en el departamento de Cajamarca, región norte del Perú, se estiende. El proyecto Conga hicierá daños al medio ambiente y a la población local por la actividad de minería. Conozca los antecedentes del conflicto.
 
“¿Lo que es más importante: el agua o el oro? No comemos oro, tomamos agua. Nosotros necesitamos el agua. Me comprometo a respectar la voluntad del pueblo y la agricultura”, ha prometido en 2011 el entonces candidato a presidencia del Perú, Ollanta Humala.
Humala se refirió al polémico megaproyecto minero Conga que prevé la extracción de oro, plata y cobre en la región de Cajamarca, en el norte del país. El proyecto es de la minería Yanacocha, la que más extrae oro en América Latina, y que tiene como la principal accionista la corporación estadounidense Newmont Mining, la más grande minería del mundo.
Los defensores del proyecto argumentan que su ejecución es necesaria para el desarrollo económico del Perú, sobretodo en el departamento de Cajamarca. Pero es improbable que la riqueza generada por la actividad minera beneficie al pueblo del lugar. Lo más posible es que una ínfima parcela se quedará en el territorio y para su población.
La región de Cajamarca ya abriga la actividad minera desde muchos años y eso jamás ha resultado en mejoras para la población, por lo contrario. De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas y el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), la región de Cajamarca pasó de quinta para la segunda región más miserable del país en un periodo de veinte años.
La misma encuesta del INEI apunta para otro dato preocupante. Las áreas con actividades de minería en el país son las que tienen el porcentual más elevado de desnutrición crónica en los niños y niñas: Huancavelica – 46,4%; Huánuco – 31,3%; Cajamarca – 29,9% encabezan la lista; el nivel nacional es entorno del 15% de la populación infantil.
“La minería realizada a lo largo de los siglos en Cajamarca por grandes grupos empresariales convierte esa población en una grande masa de pobres, desocupados, aglomerados en ocupaciones urbanas en las ciudades mas próximas, en las peores condiciones de vida”, denuncia Juan Aste Daffós, economista e ingeniero de la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima e investigador de economía mineral y administración ambiental, manejo y conflictos.
De facto, el pueblo de la región de Cajamarca no ha visto la riqueza del oro convertirse en mejoras concretas. Además, hay otro fundamental motivo que preocupa la populación local: el proyecto Conga traería daños al medio ambiente, en especial a las cuatro principales lagunas que desaparecerían para facilitar la tarea de extraer oro y cobre del suelo (vale recordar el mercurio derramado en Choropampa). La alternativa del proyecto es construir otras tantas lagunas artificiales que garanticen el abastecimiento de agua.
Pero la opción para el abastecimiento es dudosa, pues la calidad del agua se afectará, lo que perjudicará la agricultura y los campesinos en la región. Para Juan Aste Daffós, “la actividad de minería es incompatible con la agricultura y la conservación de la agua, dado su impacto generado por la degradación irreversible de los ecosistemas”.
El proprio estudio sobre los impactos ambientales del proyecto reconoce que la minería “representa una variación de los niveles de infiltración en la distorsión del flujo hidrológico como un resultado de las presas que cortan case que enteramente el flujo de las aguas subterráneas”.
Al final, Ollanta Humala fue elegido presidente principalmente por el apoyo de los campesinos, que creerán en las promesas de su campaña, contraria al proyecto Conga. Pero después de una reunión comercial con los Estados Unidos, Humala cambió el gobierno y adoptó un proyecto de desarrollo: “Si, podemos tener el oro y el agua al mismo tiempo”, ha señalado en fin de 2011.
¡Conga no va!
Fue el ingeniero Felipe Ramírez del Pino, director de la Dirección General de los Asuntos Ambientales Mineros (DGAAM), de lo Ministerio de las Minas e Energía quien aprobó y cedió la permisión al proyecto Conga. Curiosamente, Felipe Ramírez del Pino ejerció la función de alto funcionario de Yanacocha entre 2006 y 2009.
Con la aprobación del proyecto en finales de abril, el pueblo de Cajamarca se ha reunido para rechazar la actuación de la minería y del gobierno de Humala. El distanciamiento entre el presidente y los movimientos campesinos y sociales se consolidó y desde que Humala declaró su apoyo a la implantación del proyecto, más de veinte organizaciones, sindicatos y parroquias hicieran una carta abierta de rechazo al proyecto Conga y prometerán una “resistencia pacifica permanente por la vida y la dignidad”. Así, el movimiento “¡Conga no va!” empezó a fortalecerse.
La primera actitud de los manifestantes fue adoptar una huelga general que se extiende desde el fin de mayo. En contrapartida, por intermedio del ministro de la Justicia, Juan Jiménezo, el gobierno declaró Estado de Emergencia en las provincias de Cajamarca, Celendín y Hualgayoc por 30 días. La medida limita el derecho de reunión, la inviolabilidad de la residencia y la libre circulación de las personas, también incluye la presencia militar que tiene en sus manos el poder para “restablecer el orden” en las provincias.
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