Consumada la acción de golpe de estado institucional en Paraguay es hora de generar la mayor presión nacional e internacional para deslegitimar  al gobierno que se instauró, luego de la destitución del presidente Fernando Lugo.
No puede quedar en la impunidad la medida adoptada por la oligarquía paraguaya, a través de sus partidos tradicionales, que se valieron de un juicio sumario para poner fin a un gobierno democráticamente electo que intentaba responder a los intereses de la clase trabajadora y del pueblo en general.
La acción de los partidos que dominan la política paraguaya no puede ser aceptada pues representa una conducta antidemocrática, que hiere los principios que han sido conquistados con mucho sufrimiento por el pueblo paraguayo, después de décadas de dictadura y regímenes al servicio de la oligarquía. Es evidente que detrás de esta acción se esconden los intereses más atrasados que han dominado la vida la política y económica del país y que han sido los principales beneficiarios de la apropiación de las riquezas del Paraguay y de la explotación de las clases trabajadoras.
Consideramos que las medidas adoptadas por los gobiernos de MERCOSUR y de  la UNASUR, deben ser ampliadas en todos los escenarios internacionales, para aislar al gobierno que se instauró de manera ilegítima y señalar que ese tipo de prácticas no serán aceptadas por la comunidad internacional.
La CSA está en coordinación permanente con sus afiliadas en Paraguay, la CUT Autentica y la CNT, así como con la Confederación Sindical Internacional (CSI), la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur y las Federaciones Sindicales Internacionales, para implementar las medidas que a nivel sindical serán adoptadas para rechazar este golpe a la democracia en Paraguay.
Finalmente llamamos al sindicalismo internacional a estar atentos a la convocatoria que realizaremos para expresar nuestra solidaridad concreta con el pueblo paraguayo y en contra del golpe de la oligarquía.
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