La marcha campesina que inició de Cobán hace ya más de una semana llegó el 27 de marzo a la Ciudad de Guatemala a la espera que el gobierno del Partido Patriota atienda sus demandas, que son un pliego amplio de peticiones vinculadas al problema histórico de la tierra y la defensa y protección de los recursos naturales amenazados desde la firma de los acuerdos de paz por la política económica que sitúa al país como acreedor de materias primas.

Gran parte de las comunidades -como lo es San Juan Sacatepeques- sufre el irrespeto a su palabra y cultura por proyectos que como el de la poderosa familia Novella y Torreviarte tratan a toda costa de instalar una fábrica cementera en territorios indígenas que históricamente se han dedicado a una agricultura de sobrevivencia y muy vinculada a las flores ornamentales.

Esta marcha campesina contó con la presencia de comunidades Xincas y Chortis que también sufren el despojo e irrespeto a su cultura por parte de las transnacionales mineras y empresas nacionales.

A la entrada del centro criollo del poder los manifestantes se dieron cita en el parque central en donde se monto una tarima y ersos grupos artísticos y culturales se sumaron al apoyo de las demandas por la defensa del territorio.

«…Nosotros no aceptamos migajas del gobierno, nosotros exigimos resolución inmediata a la histórica conflictividad agraria. Conflictividad que se puede resolver con voluntad política, con la aprobación de la iniciativa de Ley de Desarrollo Rural Integral, deteniendo los desalojos y respetando la decisión de los pueblos originarios, pueblos que han dicho No a la explotación minera, no a las hidroeléctricas y demás megaproyectos…»

«…Nuestra lucha es legítima y no queremos fertilizantes o proyectos paliativos, exigimos la solución a nuestras demandas…»

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