Por Bruno Alejandro Orsatti Sanchez
Tengo 18 años, y da la casualidad que hace pocos días un profesor de la secundaria, en Mexico, me pidió un informe sobre los jóvenes y el desempleo en España. Aprendí entonces que el 50% de los jóvenes están desocupados, el doble que en el conjunto de Europa. El 45% de ellos llevan más de doce meses buscando empleo. Entre todos los jóvenes, el 68% está dispuesto a marcharse a otro país a trabajar.
Pero igual o mas impresionante es la situación de los que realmente tienen trabajo: la generación ‘nimileurista’. La palabra “mileurista” parece que nació en 2005, por una carta enviada por una joven de Barcelona al periódico El Pais. Alli señalaba que esta es la situación de muchos jóvenes, con títulos universitarios, posgrados, master, cursillos, aprendizaje de idiomas, que tenían que pasar largas temporadas en trabajos no remunerados, como becas, prácticas, que solo a veces los convierten en fijos, con salarios de mil euros.
Este mes de marzo, El Pais recordó esta carta y abrió una nueva sección que ahora se llama “ni-milieurismo”, porque dice que desde entonces, con la crisis iniciada en 2008, la situación ha empeorado mucho, y lo común es que estos jóvenes se mantengan en trabajos temporales y nunca alcancen 1000 euros de salario, sino que aspiran a hacerlo alguna vez. Casi todos tienen trabajo temporal (o a tiempo parcial), con lo que en realidad alternan el desempleo con el empleo de baja calidad. Lo impresionante es que casi el 40% de los jóvenes que trabajan lo hacen en puestos que están por debajo de su calificación laboral.
Para el estudio opté por seleccionar directamente algunos de los correos enviados por los jóvenes al periódico, que aquí reproduzco. ¿Hace falta agregar algo más?
Eva, Valencia. “En serio queréis que nos vayamos a buscarnos la vida en otra parte. Porque se los advertimos: lo haremos. No hace falta ser rico para ser feliz, pero sì que es imprescindible existir y tener medios”.
Elisa, Sevilla. “Nos vendieron la moto de que si estudiábamos tendríamos un buen futuro. En serio me lo creí”
Carla, Madrid. “He cambiado todos mis sueños de trabajar en aquello que me gusta, por uno mas simple: trabajar.»
Pablo, Londres. “Nunca he llegado a ser mileurista. La sensación ahora mismo es de vacio, de duda y de saber que no hay nada bueno en el futuro próximo”.
Laura, Madrid. “Ya no se cuantos tengo fuera, incluido mi hermano. Este país ya no me ofrece nada y, lo que es peor, yo no le debo nada. Ha hundido mi futuro, ha acabado con mis ilusiones. Mientras planeo mi emigración y ahorro, como puedo, para no fracasar en el intento, sigo buscando, pero nunca me toca el premio, y es que creo que, simplemente, no hay premio”.
Natalia, Madrid. “Creo que somos un país capaz de ir todavía a peor. He asumido que no puedo tener proyectos de futuro, que no me puedo comprar una casa, ni siquiera irme de alquiler. Nos da vergüenza soñar con ser mileuristas.
Juan Enrique, Madrid. “La amplia mayoría de las ofertas que encuentro exigen un nivel de experiencia surrealista (7, 10, incluso 15 y 20 años) realizando funciones ultraespecìficas, y un nivel de idiomas altísimo, no solo en inglés, sino francés, alemán, ruso, árabe, lo que puedan imaginar”.
Cristina, Madrid. “Mis amigos extranjeros no entienden que haya estudiado tanto. Para ellos, lo normal es hacer una carrera de tres o cuatro años, y como mucho un master. Como les explico que en España nada es suficiente?”
Javiera, Madrid. “Sigo viviendo con mis padres y ahora todo lo que gano es para irme a buscar la vida a Londres. Me quiero ir de aquí porque no hay día que este país no me produzca una sensación enorme de rabia y pena”.
Olga, Madrid. “Dan ganas de empezar a correr y no volver nunca a este país de pandereta. Pero incluso para huir necesitas algo fundamental: dinero. Mi motor fundamental tiene un nombre: vocación, pero no sè hasta cuando, porque la vocación no llena el plato.
Miriam, Madrid. “Creo que el sentimiento que aparece cuando acabas tus estudios y te das cuenta que la tierra prometida no es tan maravillosa como te habían dicho, ni fácil de alcanzar, es desolador. Para què tanto esfuerzo? Siempre me he preguntado que significa “tener un buen trabajo”.
Alan, Sevilla. “Mi mujer y yo no podemos tener un hijo bajo la precariedad en la que vivimos. Me siento atrapado.
Manuel, Madrid. “Este país no tiene sitio para nosotros por mas que nos esforcemos. Para que sirve la educación entonces? Para ofrecer jóvenes preparados a otros países mientras ves al tuyo derrumbarse?”
Angela, Madrid. “No quiero salir los fines de semana para ahorrar. Me entristece mucho como este país se va poco a poco al garete”.
Sergio, Madrid. “Ingenuo de mi, que pensaba que con 26 añosa iba a estar independizado y con un buen sueldo”.
Guacimara, Tenerife. “A veces me encuentro perdida en la vida porque veo que pasan los años y no me sale ninguna oportunidad para poder empezar a hacer planes de futuro, poder independizarme, crear una familia, y ya tengo 27 años”.
Antonio, Sevilla. “Mi experiencia profesional en esta vida ha sido un conjunto de despropósitos. Me siento estafado por un sistema productivo que nos engaña y extorsiona. Cada día estoy mejor formado, tengo un currículo extenso y un perfil profesional muy polivante, pero no consigo destacar en nada y las empresas no me dan oportunidades”.
Gemma, Madrid. “Envidio a los 1000euristas que al menos tienen un contrato”.
Paco, Madrid. “No sé cuantos correos personalizados habrè mandado, pero solo me han contestado dos para darme las gracias. Solo eso. El problema es la sobrecalificacion y las aspiraciones. Me he hecho un nuevo curriculum. Solo tengo el bachillerato y un dolor en el estòmago cada vez que lo entrego.
Pedro, Zaragoza. “En mi casa siempre escuchè que durante la guerra mi abuelo se salvó porque fue exiliado político. Ahora veo mi futuro solo de una manera: ser exiliado económico. Encontré un trabajo, no era gran cosa pero me sentía afortunado. A la semana me llamaron y me dijeron que necesitaban alguien con menos experiencia para pagar un salario inferior. Al menos fueron sinceros. He mandado mi currículo a infinidad de empresas hasta con mensajes de desesperación. Trabajaré de lo que sea. España ha echado a perder a su juventud, y sin juventud un país está perdido. Para nosotros España se ha convertido en el país de Peter Pan, Nunca Jamás. Jamás tendremos una casa, un trabajo estable, un salario digno.
Laura, Madrid. “Todas las lecciones que nos enseñaron nuestros mayores hoy están caducadas.