Por Natasha Pitts (Adital)

De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo, la mayoría de las mujeres que vive en el campo es trabajadora familiar no remunerada, que está constantemente expuesta a trabajos precarios. Y cuando recibe, embolsa cerca del 25% menos que los hombres y trabaja más horas. Estos datos enfatizan que este 8 de Marzo –Día Internacional de la Mujer– la fecha sigue siendo de lucha, de resistencia, de organización en búsqueda de un mundo más igualitario.

El avance del capitalismo en la agricultura, la falta de políticas públicas orientadas hacia el campo y el reconocimiento de la fuerza laboral de las mujeres en este escenario son algunos de los puntos mencionados por Vía Campesina Internacional para demarcar el 8 de Marzo.

«Reiteramos como condición esencial elevar el nivel de consciencia de todas y todos, valorando el gran protagonismo y la importancia que ha tenido la participación de las mujeres en la agricultura campesina, conservando los saberes ancestrales y cuidando las semillas, garantizando la Bio ersidad y la Soberanía Alimentaria de los pueblos. Es lamentable que las mujeres rurales que producen el 80% de los alimentos en el mundo, sean propietarias sólo del 2% de las tierras”, se afirma en el comunicado de Vía Campesina.

También en ese contexto, la OIT dedicó el tema de las mujeres rurales al 8 de Marzo de este año 2012. «Empoderamiento de las mujeres rurales – erradiquemos la pobreza y el hambre” es el título del comunicado que homenajea a las campesinas de todo el mundo, recordando el valor de la mujer rural, pieza clave para alimentar a las familias, aumentar el ingreso del hogar y ayudar al crecimiento y desarrollo de sus comunidades. Estas mujeres y niñas, empresarias, trabajadoras agrícolas, autónomas y responsables por empresas familiares –que representan una de cada cuatro personas en el mundo– las mismas son responsables de toda la carga del trabajo doméstico y del cuidado de los hijos.

«A pesar de ello, se enfrentan a algunas de las peores desigualdades en el acceso a los servicios sociales, a la tierra y a otros bienes productivos. Eso las priva a ellas y al mundo de alcanzar su pleno potencial (…) No se podrá encontrar ninguna solución duradera a los principales cambios actuales –del cambio climático a la inestabilidad política y económica– sin el empoderamiento pleno y sin la participación de las mujeres del mundo”, resaltó Bachelet, directora ejecutiva de ONU Mujeres en un mensaje sobre el ocho de marzo.

Mientras ellas se esfuerzan para dar cuenta de las ersas jornadas de trabajo, queda cada vez más distante la posibilidad de dedicarse a la educación, capacitación y actividades económicas remuneradas. Esto se refleja, por ejemplo, en la cantidad de mujeres analfabetas que hay en el mundo. Del total de personas que no sabe leer ni escribir –796 millones– más de dos tercios de ese total son mujeres, muchas de las cuales viven en el campo.

La mujer rural enfrenta además problemas vinculados con el acceso desigual a recursos y lucha contra la discriminación de género, obstáculos que les impiden expandir su potencial y su fuerza de trabajo. De acuerdo con datos de la OIT, la mayoría de las mujeres que trabaja en el campo es trabajadora familiar no remunerada, que está constantemente expuesta a trabajos precarios. Cuando ellas reciben, embolsan cerca de un 25% menos que los hombres y trabajan más horas.

Con miras en esto, la OIT pide que los Estados homenajeen concretamente a esas mujeres rurales y fomenten políticas públicas para que puedan impulsar el crecimiento económico rural y la reducción de la pobreza. ONU Mujeres también hace un pedido en ese sentido y apela para que se quiebre el ciclo de exclusión de la mujer, sobre todo, en las esferas política y económica, generando así el fortalecimiento de la democracia y de la justicia.

Una prueba de que el camino cierto para reducir el hambre es invertir en las mujeres rurales es el hecho de que, si ellas tuviesen acceso a los mismos recursos que los agricultores, caería entre 100 y 150 millones el número de personas hambrienta y se reduciría drásticamente la cantidad de niños desnutridos, reveló Bachelet.

Día Internacional

Desde 1910, el 8 de Marzo es celebrado como Día Internacional de la Mujer. La elección de la fecha no fue aleatoria. En un mismo día y mes, pero del año 1857, obreras de una fábrica de tejidos de Nueva York, Estados Unidos, entraron en huelga. Ellas reivindicaban la reducción de la carga horaria de 16 a diez horas diarias, mejores condiciones de trabajo, tratamiento digno y salarios iguales con el de los hombres, pues ellas ganaban cerca de un tercio del salario de ellos.

La reivindicación no fue tolerada. Después de ser reprimidas violentamente, las obreras fueron encerradas en la fábrica y el edificio incendiado. Cerca de 130 mujeres murieron en el atentado. En 1910, para recordar el episodio y homenajear a todas las mujeres, se creó el Día Internacional de la Mujer durante la Reunión de la Internacional Socialista, en Copenhague.

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