Por la mañana del jueves 23 de septiembre se desarrolló en forma virtual la segunda reunión previa hacia la I Conferencia de Comunicación Sindical de la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA), que tendrá lugar del 27 al 29 de octubre.

Esta jornada contó con la participación de unas treinta personas que representaron a sindicatos de la subregión Andina. La instancia fue facilitada, al igual que la actividad del martes con la subregión Cono Sur, por el secretario general de la CSA, Rafael Freire, la secretaria de Políticas Sociales, Jordania Ureña, el secretario de Formación y Educación Sindical, Cícero Pereira da Silva, y la secretaria de Desarrollo Sustentable, Barbara Figueroa.

Luego de escuchar la presentación del Documento Base sobre el que discutirán los participantes en la Conferencia de octubre, y que se expone en estos encuentros previos para seguir nutriéndolo de insumos, los/as participantes comentaron los contenidos del documento presentado. También compartieron cómo están trabajando estrategias de comunicación internas en cada sindicato, a la vez que brindaron propuestas y ejemplos para mejorar la comunicación externa sobre lo que hacen los sindicatos en cada país y a nivel regional.

Una de las propuestas que se destacó de los/as participantes es la de crear una red de comunicación sindical de las Américas, no solo para difundir las actividades centrales compartidas, sino también aquellas que cada sindicato y/o central de trabajadores/as quiera destacar, “para tener un mapa de lo que está ocurriendo”, dijo Mauricio Castañeda, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia. Él también exhortó a “pensar en un plan de formación en comunicación para tener una base de conocimientos compartida” entre todos los sindicatos.

El reconocimiento sobre la falta de formación específica en el área de comunicación, así como la falta de recursos humanos y materiales destinados a esta tarea, fueron un planteo compartido. En especial, en el caso peruano, donde César Bazán (Confederación Unitaria de Trabajadores –CUT Perú) dijo que el movimiento sindical tiene una “enorme escasez de medios para implementar sus políticas” debido a la baja afiliación, que relacionó directamente con un mercado de trabajo mayormente precarizado e informal: “apenas 15% de trabajadores formalizados podrían sindicalizarse y el 85% restante son autoempleados”, detalló. “De esa mínima cantidad de formalizados, la afiliación es bajísima –continuó–; entonces, las organizaciones carecemos de medios para llevar a la práctica la comunicación”. No obstante, Bazán valoró este encuentro previo a la conferencia de octubre como “una oportunidad para considerar diversos soportes” para implementar una estrategia comunicacional, así como la actual búsqueda de alianzas con distintos sectores que ayuda a la CUT para comunicar mensajes a la sociedad y a la membresía. Su compañera Gladys Talledo coincidió con el planteo de Bazán, pero destacó el funcionamiento de un periódico sindical y el intento de tener las redes sociales activas, aunque reconoció que es un trabajo “golpeado” por temas de financiamiento y por la pandemia, que dificultó darles continuidad a los mensajes.

Para luchar contra el modelo hegemónico de comunicación masiva, que muchas veces ataca a las organizaciones sindicales al construir estigmas sobre su rol y sus acciones, Jairo Arenas (CUT Colombia) resaltó la importancia de generar “mensajes alternativos”, no solo a través de los canales propios que cada sindicato pueda desarrollar, o con el vínculo que las organizaciones puedan establecer con medios alternativos, sino también buscando estrategias para que esos mensajes lleguen a los medios masivos. “Tenemos que diferenciar los mensajes del establecimiento, no ser multiplicadores de aspectos que son degradantes en la comunicación hegemónica que tienen los medios”, dijo. Para esto consideró que hay que ser creativos mediante “las formas de expresar y subvertir el orden cuando es injusto”. Un ejemplo claro es el uso que le dieron a las redes sociales durante el Paro Nacional, que permitió transmisiones en directo desde cada lugar del país. “Comunicar, denunciar y articular la comunicación en las organizaciones sindicales y entre pueblos alejados y las ciudades. Si esto no se logra, no vamos a llegar a ninguna parte”.

¿Cómo llegar a aquellos/as compañeros/as que se encuentran en zonas alejadas de los centros urbanos, como trabajadores mineros, pescadores artesanales u otros? Este fue un aspecto que otro compañero colombiano, Giovanni Caldas (CUT), también llamó a tener en cuenta, considerando la dificultad en el acceso a internet y redes sociales que existe todavía en la región. Para él es un desafío que puede compensarse utilizando medios tradicionales, como la radio y la televisión, que siguen teniendo mucho alcance.

En este sentido, Karoll Loaiza, de la CUT Colombia, contó que intentan llegar a los/as trabajadores/as “de la manera específica que necesiten”, a través de distintos formatos: emisiones semanales de Facebook Live donde abordan temas de coyuntura, podcast, artículos en el sitio web –donde reciben un millón de visitas mensuales– y hasta videos en Tik Tok.

Para Loaiza, parte de este crecimiento es que la estrategia de comunicación tuvo como pilares: “identidad, compromiso y capacitación”. Trabajar la identidad de qué es ser trabajador/a es necesario para impactar de mejor manera, buscando articular mensajes e identidad visual. Miguel Morantes, de la CTC colombiana, sumó que para construir esta identidad se debe pensar en “a quién vamos a sindicalizar”, considerando las realidades del mercado de trabajo. Mirtha Rodriguez, de la CTC-CO y vicepresidenta del Comité de las Mujeres de la CSA, habló sobre la importancia de la realización de estudios que muestren la percepción de imagen de la población general sobre los sindicatos. Para tener una línea editorial compartida, la CUT Colombia capacitó a las centrales y logró el compromiso de trabajadores/as en su rol de comunicadores/as. “Las organizaciones deben entender que la comunicación es transversal y para desarrollarla deben brindar recursos humanos y materiales”, dijo la sindicalista.

Desde Venezuela, Marcela León (ASI) también se refirió a cómo han trabajado para construir identidad propia en sus mensajes, con un lenguaje propio y línea editorial clara. Para lograr mayor participación de los/as trabajadores/as en acciones de difusión y posicionamiento político como los tuitazos, desarrollaron un programa de formación en herramientas digitales para sindicatos, que incluye: talleres sobre redes y su aplicación sindical; seguridad digital; diseño de webs y blogs; diseño de campañas y contenidos; el sindicalismo en la web; el ciberactivismo sindical; programas de acompañamiento a los sindicatos para que pongan en práctica las herramientas sindicales y programas o planes nacionales de comunicación. “Una herramienta útil sería diseñar aplicaciones para la formación sindical”, dijo León.

Por su parte, la experiencia ecuatoriana fue destacada por Adriana Betancourt, quien se refirió a un proceso de formación interna en la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Cristianas (CEDOCUT). Considerando la necesidad de innovar en la comunicación sindical, supieron que no podrían hacerlo sin formarse primero. Esta estrategia se planteó durante la pandemia, ante la urgencia de adaptarse a las nuevas tecnologías y se trazaron el objetivo de formar una red de comunicadores/as para establecer líneas en común, acuerdos entre los sindicatos que tienen diversos posicionamientos. Realizaron un mapeo de quienes estaban predispuestos a encarar la comunicación en CEDOCUT y crearon los contenidos para la formación.

El desafío generacional fue expresado por los/as participantes de la reunión: por un lado, promover y garantizar la participación de la juventud, pero saber que ser joven no es condición suficiente para saber manejar mejor la comunicación. Hay que valorar los aportes y conocimientos que la juventud pueda tener sobre comunicación y sumar necesariamente la formación política para contar con mensajes y posicionamientos claros desde las organizaciones. También promover el compromiso y el uso de redes sociales u otros medios de comunicación en generaciones más adultas, que también accedan a la formación, para que todos/as tengan una base de conocimientos al respecto que sea compartida. “El desafío es que nuestros mensajes lleguen –dijo Bárbara Figueroa. Cuando no llegan los mensajes es como si no existieran”. Para eso consideró necesario que los mensajes “sensibilicen” a los públicos.

A la vez instó a seguir pensando estrategias para que los sindicatos lleguen a los medios de comunicación porque esto abona en la construcción de democracias “que hoy son imperfectas, porque no todos tenemos llegada ni acceso a medios de comunicación”. “Necesitamos que esto sea una construcción colectiva: ser solidarios en la construcción de estrategias y herramientas, a partir de realidades locales, para tener a todo el contingente sindical articulado y llegar a la diversidad de la clase trabajadora”, concluyó Figueroa.

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