18 de septiembre: Día Internacional de la Igualdad Salarial

La Confederación Sindical de las Américas celebra el cuarto aniversario del Día Internacional de la Igualdad Salarial. Seguimos defendiendo que la igualdad salarial por trabajo de igual valor, sea considerado un tema central en la agenda pública adoptando medidas transformadoras y eficaces para avanzar de manera efectiva en la reducción de la brecha salarial.

En un contexto regional donde gobiernos conservadores buscan desestimar los avances en materia de igualdad de género a nivel social y laboral, desde la CSA celebramos el trabajo de gobiernos progresistas como Brasil, donde junto al movimiento sindical popular, entre ellas nuestras centrales afiliadas CUT, UGT, CNPL, NCST, han logrado llevar adelante la Ley N°14.611/2023 de igualdad salarial y de criterios de remuneración entre mujeres y hombres por trabajo de igual valor, que entre otras cosas, define mecanismos de transparencia y fiscalización para erradicar la discriminación por género e interseccional, debiendo elaborar las empresas con más de 100 empleadas/os en plantilla, un informe de transparencia al Ministerio de Trabajo y Empleo para evaluar si existen diferencias en las remuneraciones.

El rol de las organizaciones sindicales en materia de igualdad y equidad de género es de suma relevancia, por ello la formación y sensibilización hacia las dirigencias sindicales en relación a justicia de género es tarea urgente para que estas temáticas estén presentes en las negociaciones colectivas, de igual forma, otorgar mayor representación de mujeres en estos espacios. Según datos brindados por la CUT Brasil, las mujeres ganan un 78% menos en promedio que los hombres por trabajo de igual valor.

Aún queda mucho camino por recorrer en la erradicación de las desigualdades que sufren las mujeres y disidencias trabajadoras que se encuentran concentradas en ramas de actividad desvalorizadas socialmente y por consiguiente ser relegadas en términos de participación laboral y de remuneración. Es importante trabajar por la revalorización de estos trabajos históricamente considerados feminizados como en los sectores del comercio y servicios, entre ellos los trabajos del hogar y de cuidados. Se debe demostrar la deuda histórica que ha obtenido el sistema capitalista con el salario reducido a las mujeres en el trabajo y el ahorro que se han beneficiado las cuentas nacionales por los trabajos de cuidados no remunerados.

En las Américas son 30 los países que han ratificado el C100 (sobre igualdad de remuneración), Convenio que fue creado en un momento histórico donde las mujeres se incorporaron al mundo laboral de forma masiva luego de la Segunda Guerra Mundial, pero aún así, hoy en día los avances son escasos en relación a políticas y programas que permitan avanzar en la transformación del valor social del trabajo del trabajo de la mujer y lograr una efectiva reducción tanto de la brecha salarial de género, como de la múltiples jornadas de trabajo que realizan.

Es por ello que se debe avanzar por la transformación de un nuevo Sistema de Clasificación de Competencias, saliendo de las lógicas tradiciones y que permita evaluar el cargo sin sesgo de género, de esta manera, al rehacer los perfiles, se logra una mejor visibilización y revalorización del los puestos de trabajo, especialmente los ejercidos por las mujeres.

Para ello se deberán de contemplar: la capacidad de comunicación; destreza física; manejo de múltiples tareas; responsabilidad por el bienestar de otras personas; esfuerzo mental; fatiga y repetición de movimientos pequeños (tipeo, etc); exposición al sufrimiento de otras personas y horarios que afectan la vida personal de la trabajadora y trabajador.

Nuestra Secretaria de Desarrollo Sustentable Kaira Reece expresa que “hoy en día se hace cada vez más evidente una transformación en las agendas sindicales con justicia de género. La lucha por la igualdad salarial entre hombres y mujeres es una reivindicación histórica de las mujeres del movimiento sindical a nivel regional y mundial como eslabón necesario en un nuevo contrato social. La cual, se ha visto agravada por la pandemia, donde las mujeres fueron las primeras en salir del mundo laboral para hacerse responsables de las cargas de los cuidados dentro de sus hogares, profundizando aún más la división sexual del trabajo a la que quedan relegadas las mujeres, así como evidenciar no solo la brecha de género a nivel salarial, sino también la brecha existente del total de los ingresos laborales en el núcleo familiar, para aquellas trabajadoras que realizan los trabajos de cuidados no remunerados.”

La CSA hace un llamado a la acción para el fortalecimiento sindical a través de la incorporación en esta problemática en las negociaciones colectivas y exigir el compromiso de las empresas y de los gobiernos en abordar las brechas salariales de género a través de la puesta en marcha de un nuevo sistema de clasificación de competencias y plena transparencia de estos datos tanto a nivel público como privado como parte fundamental de las políticas salariales a nivel nacional y regional.

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