La Confederación Sindical de trabajadores y trabajadoras de las Américas (CSA), representativa de 55 millones de trabajadores/as de la región, con afiliación y presencia en 21 países del continente, expresa su más absoluto rechazo a la condena a la horca impuesta por la República de Irán a Amir Nasr-Azadani, futbolista profesional de ese país, imputado de “enemistad con Dios” (moharebeh) por hacer campaña en favor de los derechos de las mujeres y la libertad en ese país.
La ejecución decretada se suma a otras al menos 11 condenas a muerte por delitos de “disturbio” promovidas a partir de las protestas surgidas por la muerte de Mahsa Amini luego de haber sido detenida por no usar de forma correcta el velo islámico.
La brutalidad de la decisión judicial demuestra la ausencia de valoración por la vida humana que se constata en muchos países que mantienen el asesinato como sanción penal, con independencia de otras afectaciones que supone el caso de Amir Nasr – Azadani, como es la falta de consideración hacia la dignidad y la conculcación de las libertades básicas de expresión para el resto de la población, que se ve así amedrentada a no reclamar por sus derechos y libertades.
Demandamos la revocación urgente de la condena de muerte y el otorgamiento de la libertad para el caso concreto así como la supresión de este tipo de sanciones que constituyen una rémora del pasado atentatoria del derecho a la vida, el más básico de los derechos de las personas, consagrado en múltiples instrumentos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), una conquista reconocida por todas las naciones civilizadas, que una vez más conviene reiterar: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (art. 3°).
Rafael Freire Neto
Secretario General CSA