En esta jornada 2018, reconocemos que el movimiento sindical se ha visto enfrentado a una serie de nuevos y complejos desafíos tendientes a disminuir derechos y conquistas laborales en las Américas; dentro de ese proceso regresivo, las mujeres trabajadoras y las trabajadoras rurales de forma particular, son las que enfrentan mayores dificultades para su empoderamiento y autodeterminación relacionadas a su condición de género y motivadas por los sesgos patriarcales que aún persisten.

Alzamos la voz y denunciamos el irrespeto constante a los derechos humanos y laborales de las mujeres; a sus derechos sexuales y reproductivos; ante la violencia que se enfrenta en el lugar de trabajo; a las brechas laborales y salariales entre mujeres y hombres en el empleo; ante el incremento de la precarización del empleo y del desempleo de las mujeres; a la penalización laboral en razón de la maternidad y de los roles que aún persisten para la atención de las responsabilidades familiares, todo ello reforzando la segregación ocupacional tanto horizontal como vertical.

Siguiendo la resolución 13 de nuestro III Congreso Continental, reafirmamos que “La condición de las mujeres sólo podrá transformarse efectivamente en la medida que se impulsen cambios en las formas de producción y reproducción social, en las estructuras de poder y autoridad y se les reconozca como agentes activos en todos los procesos sindicales, sociales, políticos y económicos”. Recordando que “para alcanzar la igualdad en el mundo del trabajo es necesario realizar esfuerzos concentrados para garantizar un entorno que permita a hombres y mujeres tener acceso a un trabajo decente; es decir, un empleo productivo, justamente remunerado, que se desarrolle en condiciones de libertad, equidad, seguridad y respeto a la dignidad humana y que garantice el pleno respeto de la libertad sindical». 

En nuestra PLADA, también se plantea como eje fundamental de las estrategias de desarrollo sustentable, reafirmar la autonomía y el empoderamiento de las mujeres en un ámbito de diversidad, lo que constituye un requisito indispensable para el logro de la igualdad entre mujeres y hombres y la equidad de género y parte fundamental en los procesos individuales y políticos para el ejercicio pleno de los derechos humanos.

Por su parte, la declaración de la Jornada Continental por la Democracia y contra el neoliberalismo de noviembre de 2017, asumió el compromiso de continuar en la defensa innegociable de la autonomía y libertad de las mujeres, la lucha para poner fin al feminicidio y todas las formas violencia machista.

La CSA y el CMTA reafirmamos el llamado urgente a todas nuestras organizaciones afiliadas y fraternales, a unirnos al Paro Internacional de Mujeres que une el sentir y la lucha de las y los activistas de al menos 40 países, convirtiéndose en una de las acciones de protesta internacionalmente coordinada más grande de los últimos años, a la cual nos adherimos una gran diversidad de organizaciones y países y en la que aportamos desde el movimiento sindical de las Américas, promoviendo y reivindicando el derecho que tiene toda mujer a optar por un trabajo decente y sin violencia.

Junto a las activistas de todos los movimientos con que compartimos ideales, nos unimos a celebrar los logros, tomar medidas por los derechos de las mujeres en el trabajo y transformar las vidas de las mujeres en las Américas y en todo mundo.

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